Misión en Leópolis: Contratan a un Sicario del ‘Glovo’ para Eliminar a un Político. La Realidad ya no se Corta ni un Pelo.

Caricatura de un sicario disfrazado de repartidor de comida atacando a un político, como crítica a la violencia política en Ucrania.

Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, a veces uno tiene la sensación de que la línea que separa la realidad de la ficción se ha vuelto tan fina como el papel de fumar. Y esta semana, queridos lectores, esa línea no solo se ha borrado, sino que ha sido pisoteada, quemada y sus cenizas esparcidas al viento. Hoy no vamos a analizar una noticia. Hoy vamos a hacer la review de la última misión del videojuego más inmersivo y peor programado de todos: la geopolítica.

MISSION BRIEFING: OPERACIÓN «PIZZA LETAL»

Bienvenidos, agentes. Tomen asiento.

Su objetivo de hoy es un PNJ (Personaje No Jugable) de alto valor en el mapa de Ucrania. Nombre en clave: Andriy Parubiy. Ex-presidente del Parlamento, figura clave en el evento ‘Revolución del Maidán’ de 2014. Es un objetivo que la facción enemiga (cuyo nombre empieza por ‘R’ y acaba por ‘usia’) lleva tiempo queriendo eliminar del servidor. Recientemente, han activado un contrato de eliminación. Y han contratado a uno de los vuestros.

La misión se desarrollará en el mapa de Leópolis, un entorno urbano con múltiples civiles. El modus operandi elegido por nuestro agente de campo será el clásico «disfraz de proletario». Una elección… poco original, tenemos que admitirlo, pero estadísticamente efectiva. Buena suerte, agentes. Y recuerden: el silencio es vuestro mejor aliado.

ANÁLISIS DEL GAMEPLAY: ¿ASESINO SILENCIOSO O AFICIONADO RUIDOSO?

Y así, amigos, es como debió de empezar esta historia. Porque lo que ha ocurrido en Leópolis no es un simple asesinato político. Es una puesta en escena. Es una performance tan descaradamente sacada de un videojuego de sigilo que uno espera que, en cualquier momento, aparezca un marcador de puntos en la esquina de la pantalla. Analicemos la ejecución de la partida.

El Disfraz (El Skin):
Nuestro jugador ha elegido el skin de «Repartidor de Comida». Un clásico inmortal, el traje de camuflaje definitivo para la jungla de asfalto. Otorga un bonus de +10 en «Pasar Desapercibido» y un +15 en «Acceso a Portales». Nadie sospecha del tipo de la mochila cuadrada. ¿Va a entregarte una pizza o a vaciarte un cargador en la espalda? En la Ucrania de 2025, por lo visto, es una pregunta legítima.

Es una elección sólida, aunque un poco manida. Un verdadero profesional, un jugador de élite, habría optado por algo más creativo. ¿Disfraz de técnico de la compañía del gas? ¿De testigo de Jehová? ¿De encuestador del CIS? Las posibilidades eran infinitas. Pero no, nuestro sicario ha ido a lo seguro. Un aprobado raspado en originalidad.

La Ejecución (El Stealth Kill… o no):
Y aquí es donde la misión se tuerce. El objetivo, Parubiy, es eliminado. Pero, ¿cómo? ¿Con un veneno indetectable? ¿Un accidente desafortunado? ¿Un cable de fibra óptica en un callejón oscuro? No. Con ocho disparos. ¡Ocho! Por la espalda.

Claramente, nuestro jugador ha decidido que el sigilo está sobrevalorado. Ha optado por la vía «Rambo», perdiendo así la valiosísima bonificación de «Asesino Silencioso». Un profesional habría dejado cero rastro. Un aficionado deja ocho casquillos y un reguero de pólvora. Esta ejecución tiene la sutileza de una estampida de ñus en una biblioteca. Es evidente que al jugador le importaba más completar el objetivo que la puntuación final de la misión. O, simplemente, es un mal jugador.

La Huida (La Extracción):
Según los informes, el sicario-repartidor huyó de la escena del crimen. Y aquí es donde la vida real demuestra ser mucho más puñetera que el videojuego. En el Hitman, después de una ejecución así de ruidosa, te basta con robarle el traje a un jardinero y salir silbando por la puerta de atrás. En la vida real, dejar un cadáver acribillado en mitad de la calle tiende a alertar a los PNJ con uniforme de policía, que activan una misión secundaria llamada «Búsqueda y Captura».

Las autoridades ucranianas, con el presidente Zelenski activando el modo «furia», ya han detenido a un sospechoso. Y apuntan, cómo no, a Moscú. La misión de nuestro sicario, por tanto, podría acabar con un Game Over en una celda ucraniana, lo que demuestra que, aunque uses los trucos del videojuego, las consecuencias son dolorosamente analógicas.

PUNTUACIÓN Y CONCLUSIÓN (MISSION DEBRIEFING)

Puntuación de la Misión: 3/5 Estrellas.

  • Objetivo principal completado: Sí. (+2 estrellas)

  • Sigilo y sutileza: Inexistentes. (-1 estrella)

  • Originalidad: Baja. (-1 estrella)

  • Bonus (por el valor simbólico de la operación): Sí. (+1 estrella)

  • Escape limpio: Fallido. (Penalización)

Conclusión:
La geopolítica moderna se ha convertido, oficialmente, en un mal videojuego de espías. Las tramas son cada vez más inverosímiles, los métodos más chapuceros y los personajes más planos. Hemos visto tantas películas de James Bond y hemos jugado tanto al Hitman que hemos acabado por creer que la realidad funciona igual.

El problema es que, en el mundo real, los personajes no son PNJ. Son personas. Y las balas, a diferencia de en el juego, no son píxeles. Son trozos de metal que destrozan vidas, familias y la poca estabilidad que le queda a este planeta. Y lo más trágico de todo es que, en esta partida, a diferencia del juego, el botón de respawn no está disponible.

Game Over, señor Parubiy. Game Over.

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