Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, hoy tenemos el inmenso privilegio de asistir a un evento que cambiará el mundo. Olviden las presentaciones de Apple, olviden los lanzamientos de Tesla. Hoy, desde el auditorio de La Moncloa, el CEO de España, Don Pedro Sánchez, ha presentado el producto más revolucionario, más innovador y más etéreo de la historia de la gestión pública: el «iPacto».
LA PUESTA EN ESCENA (THE KEYNOTE)
Luces tenues. Música inspiradora que suena a futuro y a un poco de Coldplay. El Presidente sube al escenario, vestido con ese uniforme de CEO moderno: traje oscuro, sin corbata, mangas ligeramente arremangadas para dar sensación de «estoy al lío». Detrás de él, una pantalla gigante, minimalista, con una sola palabra en una tipografía elegantísima: «Pacto».
El público, una selecta audiencia de asesores, ministros y periodistas, contiene la respiración. «Buenos días», dice el Presidente con una sonrisa que vale un 2% del PIB. «Hoy no estamos aquí para hablar de problemas. Estamos aquí para presentar soluciones. Hoy vamos a cambiarlo todo».
EL PRODUCTO (LAS «FEATURES»)
Y entonces, empieza a desgranar las increíbles características de este nuevo y flamante Pacto de Estado contra los incendios, un dispositivo conceptual diseñado para acabar con el fuego. O al menos, para que parezca que estamos en ello.
«Procesador de Diálogo de Última Generación (CPU-Dialogue Core™)»:
«El nuevo iPacto», explica Sánchez, «viene equipado con el motor de diálogo más potente jamás creado. Es capaz de generar comisiones, subcomisiones, mesas de diálogo y grupos de expertos a una velocidad sin precedentes. ¡El rendimiento es asombroso! Podremos tener a cientos de personas hablando del problema durante meses, incluso años, sin llegar a ninguna conclusión vinculante. ¡Es la multitarea de la inacción!».«Batería de Largo Plazo (Long-Term Battery™)»:
«Sabemos que os preocupan los problemas de hoy. Pero el iPacto no está diseñado para el ‘ahora’. El ‘ahora’ es para los bomberos. El iPacto está diseñado para el ‘mañana’, para el ‘futuro’, para esa lejana tierra prometida donde los problemas se solucionan solos. Su batería de propuestas tiene una autonomía que no se mide en horas, sino en legislaturas. Garantizamos que el debate seguirá vivo mucho después de que los árboles se hayan convertido en ceniza».«Diseño Inclusivo y Sostenible (All-In Design™)»:
«Hemos diseñado un Pacto con una interfaz abierta, en la que caben todos. La oposición podrá usarlo para decir que es insuficiente y que llegamos tarde. El Gobierno podrá usarlo para decir que la oposición es desleal y no tiene sentido de Estado. Y los ciudadanos podrán seguir usando su móvil para ver cómo arde el monte. ¡Es un ecosistema colaborativo perfecto donde todos tienen su papel!».
LA DEMO EN DIRECTO
Para demostrar la potencia del iPacto, el Presidente realiza una demostración en vivo. En la pantalla gigante aparece un mapa de España, lleno de puntos rojos que indican los incendios activos.
«Observen», dice con voz solemne. «La situación es grave».
Entonces, con un gesto teatral, pulsa un gran icono en una tablet que pone «Activar iPacto». Y ocurre la magia. Los fuegos en el mapa no se apagan. Las llamas no retroceden. Pero, de repente, sobre cada incendio, aparece un pop-up, un comunicado oficial que dice: «Estamos profundamente preocupados y monitorizando la situación».
El público estalla en un aplauso cerrado. ¡Es increíble! ¡No ha solucionado nada, pero ahora el problema está oficialmente «gestionado»!
LA CONCLUSIÓN (PRECIO Y DISPONIBILIDAD)
El Presidente concluye la presentación. «Este increíble Pacto de Estado estará disponible… bueno, en cuanto nos pongamos de acuerdo. Quizá en unos meses. O el año que viene. Pero lo importante es que la idea ya está aquí».
¿Y su precio? «No se preocupen», nos dice. «El iPacto es gratis». Bueno, gratis no es. Su precio real es que, mientras nuestros líderes se dedican a diseñar Powerpoints y a convocar reuniones para dentro de tres meses, la gente real, con sus cubos de agua y sus mangueras, se está jugando la vida para salvar lo que queda. El precio son los miles de hectáreas que se quemarán mientras ellos «dialogan».
Pero la foto, amigos, la foto de la firma del Pacto, con todos los líderes políticos sonriendo y dándose la mano… esa, esa no tendrá precio. Y para un político, eso es lo único que importa.
