El PP Declara Inepta a la Jefa de Protección Civil (a la que Probablemente Ascenderían si Gobernaran Ellos).

Caricatura satírica de un político del PP señalando a la directora de Protección Civil en una puerta giratoria, criticando la hipocresía política.

Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, hoy tenemos que hablar de un fenómeno fascinante de la física cuántica aplicada a la política española. Según este principio, un técnico, un director general o un alto cargo puede ser, simultáneamente, un genio absoluto y un perfecto inútil. ¿De qué depende su estado? No de sus acciones ni de sus capacidades, sino de quién esté mirando. O, para ser más exactos, de quién esté gobernando.

El último ejemplo de este prodigio científico nos lo ha brindado el Partido Popular. Ante la oleada de incendios que asola el país, han señalado a una culpable clara, a la mente maestra detrás del desastre: la directora general de Protección Civil. La han acusado, con la sutileza de un elefante en una cacharrería, de ser una inepta, una incompetente, y poco les ha faltado para llamarla pirómana con despacho oficial.

Es una jugada clásica del gran tablero de la política española, un movimiento que hemos bautizado como «el ataque al funcionario prescindible». La estrategia es brillante: como atacar directamente al presidente queda feo y atacar a los bomberos es un suicidio político, se busca un cargo intermedio, un técnico con un nombre que nadie recuerda, y se le carga con el muerto. Es el equivalente a culpar al que pone los conos en las obras del atasco de la M-30.

Pero aquí es donde la magia de la hemeroteca, esa maravillosa máquina del tiempo que nunca miente, entra en juego. Porque si uno, con paciencia y un café bien cargado, busca noticias de hace unos años, cuando los que gobernaban eran ellos y los incendios eran igual de cabrones, se encuentra con declaraciones maravillosas. Se encuentra a los mismos políticos que hoy piden la dimisión de la directora, defendiendo con uñas y dientes al director de entonces (que, casualmente, habían nombrado ellos), alabando su «profesionalidad», su «entrega» y su «visión estratégica».

¡Es la paradoja del Técnico Cuántico! La misma persona, con el mismo cargo y enfrentándose al mismo problema, pasa de ser un héroe a un villano simplemente porque ha cambiado el color del partido que se sienta en el Consejo de Ministros. Su competencia no reside en su currículum, sino en el carnet del partido de su jefe.

Y en medio de este fuego cruzado, imagino a la pobre directora de Protección Civil en su despacho. Una mujer que, probablemente, se pasa el día coordinando hidroaviones, gestionando a la UME y durmiendo tres horas, y que, además, tiene que aguantar que un señor desde un atril la use como saco de boxeo para sacar un par de titulares. Debe ser agotador. Está intentando apagar fuegos reales mientras los políticos se dedican a avivar los suyos.

Esto, amigos, es el «juego de las sillas» de la política española. Cuando suena la música de la crisis, todos corren a buscar una silla (un culpable). Y si te quedas sin ella, te toca pagar los platos rotos. No importa si eres el mejor profesional del mundo. Si la silla que ocupas pertenece al equipo contrario, estás sentenciado.

Lo más irónico de todo es que, si mañana hubiera elecciones y ganara el PP, no me extrañaría nada que mantuvieran a la misma directora en su puesto. O incluso que la ascendieran. Porque entonces, por arte de birlibirloque, su incompetencia se transformaría en una experiencia valiosísima y su gestión, antes desastrosa, pasaría a ser un ejemplo de resiliencia.

Así que, la próxima vez que escuchen a un político de la oposición pidiendo la dimisión de un técnico, no se lo tomen muy en serio. Simplemente, guarden el recorte de prensa. En un par de años, cuando los papeles se inviertan, podrán sacarlo y disfrutar de la maravillosa y tragicómica coherencia de nuestros líderes.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *