Telefónica y Vodafone Planean Fusionarse para Crear el Monopolio Definitivo de «Todos Nuestros Operadores Están Ocupados».

Caricatura satírica de la fusión de Telefónica y Vodafone, representados como dos monstruos corporativos en una boda.

Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, hoy tenemos una noticia que debería hacernos temblar en nuestras casas… si es que nos llega la cobertura para leerla. Telefónica, ese gigante azul que lleva más años en nuestras vidas que la siesta, ha anunciado que tiene el visto bueno para intentar comprar a su archienemigo rojo, Vodafone. Se avecina una boda de titanes. Una fusión que promete crear una supercompañía de telecomunicaciones. Y yo, como cliente sufrido y veterano de mil batallas con teleoperadores, solo puedo decir una cosa: que Dios nos pille confesados.

Los expertos en economía, esa gente que habla en un idioma que solo entienden ellos, lo llaman «consolidación del mercado». Dicen que es necesario para crear empresas más fuertes, capaces de competir en Europa y de afrontar las inversiones millonarias que necesita el 5G. Suena muy bien. Suena a progreso, a futuro, a cohetes espaciales.

Pero traduzcamos esto al lenguaje de la calle, al de la gente que paga las facturas. «Consolidación del mercado» significa que, si antes tenías cuatro bares en la plaza del pueblo para elegir dónde te ponían la caña, ahora van a cerrar dos y los dos que quedan se van a poner de acuerdo para cobrarte el doble por la misma cerveza caliente. Se llama «reducir la competencia», y es el sueño húmedo de cualquier gran empresa.

Imaginemos las maravillosas «sinergias» que nacerán de esta unión. ¡Combinarán lo mejor de cada casa!

Atención al Cliente Mejorada: Unirán la legendaria habilidad de Telefónica para tenerte 45 minutos escuchando una versión en flauta de pan de «Despacito» con la eficacia de Vodafone para que, justo cuando te va a atender una persona, se corte misteriosamente la llamada. El resultado será una experiencia de atención al cliente tan frustrante y surrealista que preferirás aprender a arreglar la fibra óptica tú mismo con tutoriales de YouTube.

Facturación Transparente: Fusionarán las facturas incomprensibles de Telefónica, con sus catorce conceptos distintos y su letra pequeña escrita en arameo, con la costumbre de Vodafone de añadirte una suscripción a un servicio de tonos de espera de Uzbekistán sin que te enteres. La factura mensual será un enigma digno de un escape room.

Innovación en Apps: ¡Ahora, en lugar de una app que se cuelga y no reconoce tu contraseña, tendrás una app que se cuelga, no reconoce tu contraseña y, además, te pide que actualices cada dos días! ¡El doble de diversión!

Y lo mejor de todo es la excusa: «fortalecer el sector». ¡Claro que lo van a fortalecer! Van a crear un monstruo tan grande y poderoso que podrá ignorarnos a todos a la vez. Podrán subir los precios al unísono, sabiendo que nuestras opciones para huir serán cada vez más limitadas. Nos tendrán cogidos por donde más duele: por el Wi-Fi.

Pero no seamos del todo pesimistas. Quizá, solo quizá, en medio del caos que supondrá fusionar dos infraestructuras tan gigantescas, ocurra un milagro. Quizá, por un error informático, un técnico despistado conecte un cable que no debía y, de repente, tengamos cobertura en el túnel del AVE que une Soria con la nada. Quizá, en el proceso de unificar las redes, se les escape un poco de fibra óptica y, por fin, nos lleguen a casa esos 1.000 megas simétricos que llevamos pagando desde que se estrenó la primera de Avatar.

Es una posibilidad remota, lo sé. Lo más probable es que el resultado de esta fusión sea, simplemente, un gigante con más poder, menos competencia y las mismas ganas de atendernos que un lunes por la mañana. Pero, como sufridos clientes, la esperanza es lo último que perdemos. Justo después de la cobertura.

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