Apple Anuncia su Día Santo: Prepárate para cambiar tu Móvil Actual por uno Idéntico (pero Más Caro).
Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, hoy tenemos que anunciar un evento que paraliza el mundo. No, no es la firma de un tratado de paz, ni el descubrimiento de la cura para la calvicie. Es algo mucho más importante. Ha llegado la llamada. La fumata blanca ha salido del Apple Park. El Sumo Pontífice de la tecnología, Tim Cook, ha convocado a sus fieles para la gran liturgia anual: la Keynote de septiembre.
Preparen sus almas y, sobre todo, sus carteras. Se acerca el día santo en el que se nos revelará el nuevo objeto de adoración, la reliquia sagrada que dará sentido a nuestra existencia durante los próximos doce meses: el iPhone 17.
La ceremonia, como cada año, seguirá un ritual inmutable, una liturgia estudiada al milímetro para inducirnos a un estado de éxtasis consumista.
1. El Sermón de Apertura: El Papa Tim aparecerá en el altar (el escenario del Steve Jobs Theater) con su sonrisa beatífica y su uniforme de párroco de Silicon Valley. Nos dará la bienvenida y nos recordará lo buenos y píos que hemos sido, compartiendo cifras de ventas que suenan a milagro económico.
2. La Homilía de los Ingenieros: Varios sacerdotes menores, ingenieros con una pinta cuidadosamente informal, subirán al púlpito para hablarnos de los milagros técnicos del nuevo dispositivo. Usarán palabras sagradas como «rendimiento neuronal», «arquitectura de nanómetros» y «eficiencia energética». No entenderemos ni la mitad, pero asentiremos con la cabeza, sobrecogidos por la fe.
3. La Revelación de la Reliquia: Y entonces, llegará el momento. Tras un vídeo con una música más épica que la banda sonora de Ben-Hur, se nos mostrará el nuevo iPhone. Será prácticamente idéntico al que tienes ahora en el bolsillo, pero no te dejes engañar por tus ojos pecadores. ¡Es completamente diferente!
Nos hablarán de las innovaciones que cambiarán el mundo:
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Una cámara revolucionaria: Ahora tendrá un «renderizado cuántico de bigotes de gato» que te permitirá hacerle a tu mascota unas fotos con una nitidez que ni el telescopio Hubble.
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Un procesador mágico: Será un 2% más rápido, lo que te permitirá abrir el Candy Crush 0,001 segundos antes. ¡La diferencia es abismal!
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Un nuevo color mesiánico: Se presentará un nuevo y excitante color, como el «Gris Espacial Melancólico» o el «Azul Océano Profundo (pero un poco más claro que el del año pasado)».
4. El Verdadero Milagro: Y entonces, justo cuando termine la presentación, ocurrirá el verdadero prodigio. No en el escenario, sino en tu interior. Sentirás un odio profundo, irracional y visceral por el teléfono que tienes en la mano. De repente, tu iPhone 16, ese por el que hace un año habrías vendido un riñón, te parecerá un ladrillo obsoleto, una patata tecnológica. Su cámara, digna de un neandertal. Su velocidad, la de un caracol con reuma. Su color, una ofensa para la vista.
Y nacerá en ti una necesidad. Una necesidad pura, existencial, de poseer el nuevo modelo.
Esto, amigos, no es tecnología. Es teología. Es el triunfo de la fe sobre la razón. Apple no vende teléfonos. Vende estatus. Vende pertenencia. Vende la absolución a nuestro pecado más moderno: tener algo que no es lo último de lo último.
Así que preparémonos para la ceremonia. Afilemos nuestras tarjetas de crédito. Entrenemos nuestros dedos para la reserva online. Porque el día santo se acerca, y hay que estar listo para hacer la ofrenda. El precio, como siempre, será un acto de fe.