El Gobierno Anuncia que la Inflación Baja mientras tú Financieras un Compás a Plazos: Crónica de la Vuelta al Cole Más Cara de la Historia.

Caricatura que contrasta a un político celebrando la bajada de la inflación con una familia arruinada en una papelería, como sátira de la vuelta al cole.

Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, hoy tenemos que hablar de dos universos paralelos. Dos realidades que coexisten en el mismo país, pero que ya no se tocan. Son como esas películas de ciencia ficción donde hay dos dimensiones separadas por una membrana invisible. En una, viven nuestros políticos. En la otra, vivimos el resto de nosotros. Y en ningún lugar es esta brecha más evidente que en el mes de septiembre.

ESCENA 1: EL OLIMPO DE LA MACROECONOMÍA (Un Salón de la Moncloa)

La escena: una sala de prensa impoluta. Un ministro de Economía, con una corbata del color de la esperanza y una sonrisa que parece diseñada por ordenador, se acerca a un atril. Detrás de él, un gráfico de Powerpoint con una flecha verde que desciende tímidamente, como un avión con problemas de motor pero que aún no se ha estrellado.

Ministro: (Con voz de barítono, como si anunciara el fin de todas las guerras)
«Queridos ciudadanos. Hoy es un gran día. Puedo anunciar, con una satisfacción no exenta de prudencia, que hemos domado a la bestia de la inflación. El IPC general se modera. Las familias españolas ya notan, y notarán aún más en los próximos meses, un alivio significativo en sus bolsillos. Hemos controlado la tormenta. Vuelve la calma a la economía familiar».

(Un par de periodistas medio dormidos aplauden por inercia. El ministro sonríe. Fin de la escena.)

ESCENA 2: EL MUNDO REAL (La Papelería de Paco, en el barrio de Carabanchel)

La escena: el campo de batalla. Una familia, los García, se enfrenta a su peor enemigo del año: la lista de material escolar. Antonio (el padre) sostiene una calculadora con la mano temblorosa. Marisa (la madre) mira una pila de libros sobre el mostrador con la misma cara que miraría a una citación judicial. Paquito (el hijo) llora en silencio.

Marisa: (Susurrando, como si temiera que el precio subiera si hablaba más alto)
«Antonio, haz la cuenta otra vez. No puede ser».

Antonio: «Lo he hecho tres veces, Marisa. Con la calculadora del móvil y con los dedos. Los tres libros de texto, la libreta de música, la flauta dulce Hohner (que tiene que ser la Hohner, dice la profesora), la caja de Plastidecor de 24 colores y los dos cuadernos de caligrafía… son 280 euros».

Marisa: «¡Pero si todavía no hemos llegado a la sección de manualidades! ¡Nos falta la cartulina, el papel de seda y el puto punzón! ¿Desde cuándo un punzón cuesta ocho euros? ¡Si es un palo con punta!».

Paquito: (Con un hilo de voz)
«Mami, ¿y la mochila?».

Marisa y Antonio se giran lentamente, como en una película de terror, hacia la pared de las mochilas. Allí, en un pedestal, brilla la mochila de moda. Con ruedas, luces LED y la cara de un personaje de dibujos animados que no conocen. La etiqueta del precio es una obra de arte del marketing moderno: «Solo 90€. O finánciala a 36 meses. TIN 12%».

Antonio: «Cariño… el compás de ‘Frozen’ ha subido un 40% desde el año pasado. ¡Un 40%! ¡A este paso, el niño va a tener que aprender geometría con dos palos y una cuerda, como en la Prehistoria!».

EL CLÍMAX: EL CHOQUE DE REALIDADES

Y aquí es donde los dos universos colisionan, creando una distorsión en el tejido de la realidad.

Corte al Ministro en la rueda de prensa:
Ministro: «La subida media del material escolar es apenas perceptible, en línea con la moderación del índice general».

Corte a Marisa García, en la papelería:
Marisa: «¡Antonio, la caja de rotuladores ahora viene con un dispositivo de alarma, como las botellas de whisky! ¡Esto es una locura!».

Corte al Ministro:
Ministro: «Estamos comprometidos con el bienestar de las familias. El escudo social protege a los más vulnerables».

Corte a Antonio García:
Antonio: «Paquito, este año el forro de los libros será con papel de periódico. Es más vintage. Y no, no podemos comprarte el estuche de tres pisos. Pero te puedo dar esta bolsa del Mercadona, que también cierra con cremallera».

LA CONCLUSIÓN: LA FICCIÓN DE LA «MEDIA»

Y esta, amigos, es la gloriosa estafa de la «media» estadística. El Gobierno vive feliz en su Excel, donde el precio de un yate de lujo baja un 10% y el de los libros de texto sube un 20%, y la «media» les da una bonita cifra que pueden vender en el telediario. Pero las familias no viven en el Excel. Viven en la papelería de Paco. Y en la papelería de Paco, no hay medias. Hay sablazos.

La «vuelta al cole» se ha convertido en la nueva cuesta de enero. Un agujero negro financiero que devora los ahorros del verano. Y mientras, desde el Olimpo, nos dicen que la inflación está controlada. Es un insulto a la inteligencia de cualquiera que haya tenido que enfrentarse a una lista de material escolar.

La familia García, tras hipotecar su dignidad y parte del sueldo de octubre, finalmente sale de la papelería. Paquito, resignado, arrastra su mochila del año pasado. Y Marisa, mientras guarda el ticket de la compra como si fuera la prueba de un delito, le dice a su marido: «Antonio, he tomado una decisión. El año que viene, la mejor inversión para la educación de Paquito será un tutorial de YouTube sobre cómo vivir del trueque y la agricultura de subsistencia». Porque, al ritmo que vamos, será la única asignatura con salida profesional.

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