La ‘Flotilla de la Libertad’ sufre un Oportuno Retraso para que su Gesto Humanitario Salga Mejor en la Foto de la ONU.

Caricatura de activistas en la Flotilla de la Libertad posando para las cámaras mientras un mecánico sabotea el motor, como sátira de su retraso para coincidir con la Asamblea de la ONU.

Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, hoy tenemos que hablar de solidaridad. De activismo. De esas gestas heroicas que nos devuelven la fe en la humanidad. Pero también tenemos que hablar de marketing. Porque en el siglo XXI, amigos, parece que ambas cosas se han vuelto inseparables. El caso de estudio de hoy: la «Flotilla de la Libertad» y su fascinante relación con el calendario.

La misión es noble: un convoy de barcos cargados de ayuda humanitaria intenta romper el bloqueo israelí a Gaza. Un acto de desobediencia civil valiente y necesario. Pero, ¡ay!, la logística es caprichosa. La flotilla, que debía zarpar hace semanas, ha sufrido una serie de «inesperados» problemas técnicos. Que si un motor falla, que si falta un permiso, que si una pieza no llega. Retrasos, contratiempos, mala suerte.

Una mala suerte tan exquisitamente oportuna que la nueva fecha de llegada a las costas de Gaza coincide, ¡qué casualidad!, con el inicio de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

Es una obra maestra. Es la demostración de que la solidaridad, para ser efectiva, ya no solo necesita buenas intenciones. Necesita un buen timing. Para desgranar esta genialidad de la «logística mediática», hemos conseguido en exclusiva el orden del día de la última reunión de producción de este reality show humanitario.

ORDEN DEL DÍA – REUNIÓN DE PRODUCCIÓN
PROYECTO: «FLOTILLA CHALLENGE – TEMPORADA 1»

10:00h – Revisión del Guion y Tono Narrativo.
Revisar las últimas tomas. ¿Tenemos suficientes planos de activistas mirando al horizonte con expresión de profunda preocupación? ¿Podemos conseguir alguna gaviota que sobrevuele el barco en el momento justo para añadir un toque poético? Se ruega al equipo de a bordo que mantenga un nivel constante de solemnidad de cara a las cámaras. Recordad: no estáis en un barco, estáis en un «símbolo flotante de la resistencia».

11:00h – Sincronización de Eventos y Gestión de la Trama (IMPORTANTE).
El punto clave del día. Según nuestros cálculos, a este ritmo llegamos a Gaza una semana antes de la Asamblea de la ONU. Esto es inaceptable. Sería un desperdicio de potencial mediático.
Acción a tomar: El motor del barco «Solidaridad Eterna» sufrirá una «avería espontánea y totalmente imprevisible» el martes por la mañana. El equipo de mecánicos a bordo (que ya están sobre aviso) deberá tardar, como mínimo, 72 horas en «diagnosticar el complejo problema». Esto nos dará el colchón de tiempo necesario para que nuestra llegada coincida con el discurso del Secretario General. Por favor, que parezca un accidente. No queremos que se note que la ayuda humanitaria opera con el mismo calendario que el estreno de una película de Marvel.

12:00h – Logística de Influencers y Estrategia en Redes.
Confirmar que todos los activistas influencers a bordo tienen buena conexión a internet vía satélite. Es vital que puedan seguir subiendo TikToks dramáticos desde alta mar, preferiblemente con música triste de fondo. Se recomienda un mínimo de tres stories al día mostrando el mar, una lata de atún (para simbolizar la escasez) y una frase inspiradora de Gandhi.

13:00h – Definición de KPIs (Indicadores Clave de Éxito).
Seamos claros, equipo. El éxito de esta misión no se medirá en toneladas de medicinas entregadas. Eso es secundario. Los KPIs principales son:

  1. Conseguir que el hashtag #FlotillaDeLaLibertad sea trending topic mundial durante al menos 48 horas coincidiendo con la Asamblea de la ONU.

  2. Lograr un mínimo de 10 entrevistas en la CNN, BBC y Al Jazeera.

  3. Provocar al menos tres comunicados de «profunda preocupación» por parte de la Unión Europea.

El número de cajas de medicinas que finalmente lleguen a un hospital de Gaza es un objetivo deseable, pero no prioritario.

Y esta, amigos, es la cruda realidad del activismo en el siglo XXI. No es que la causa no sea justa. Lo es. No es que la ayuda no sea necesaria. Lo es desesperadamente. El problema es que hemos entrado en una era en la que, si un árbol cae en el bosque y no hay nadie para tuitearlo, no solo no hace ruido, sino que es como si el árbol nunca hubiera existido.

La lucha por la justicia se ha convertido en una batalla por la atención. Y en esa batalla, la logística ya no está al servicio de la ayuda, sino al servicio de la rueda de prensa. La emergencia real, la de la gente que espera en Gaza, ha quedado supeditada a la emergencia mediática de conseguir el titular perfecto en el momento perfecto.

No es cinismo. Es marketing. Un marketing triste, desesperado, pero probablemente necesario en un mundo que solo presta atención a lo que se hace viral. Y mientras la flotilla espera su momento estelar, la gente en Gaza, me temo, sigue esperando. Y a ellos, el timing de la ONU se la trae bastante al fresco.

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