Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, hoy tenemos que hacer un anuncio de vital importancia. Un anuncio que cambia el estatus geopolítico de la Península Ibérica. Olviden las viejas rencillas, olviden los debates parlamentarios. La guerra ha terminado. Y hemos perdido. El mosquito tigre (Aedes albopictus), esa admirable especie invasora, ha completado con éxito su particular Reconquista. Ya no es una plaga. Es una ocupación. El 66% de la población española vive ya bajo el dominio de su zumbido soberano.
Como es menester ante un cambio de régimen, hemos recibido el primer bando oficial del nuevo «Alto Mando del Califato del Mosquito Tigre». Procedemos a su traducción y publicación para que todos los súbditos se den por enterados.
BANDO OFICIAL DEL EMIRATO IBÉRICO DEL TOBILLO HINCHADO
A todos los Súbditos de Sangre Caliente y Piel Expuesta,
Por la gracia de la selección natural y vuestra incompetencia a la hora de vaciar los platos de las macetas, Nos, Aedes I, Primer Zumbido de mi Nombre, Rey de los Charcos, Califa de las Terrazas y Protector del Estancamiento, declaramos la totalidad de este territorio como nuestro nuevo y próspero Emirato.
Vuestra resistencia ha sido admirablemente patética y, por tanto, divertida. Vuestras ridículas pulseritas de citronela, vuestros inútiles enchufes de ultrasonidos y vuestros torpes manotazos al aire solo han servido para reafirmar nuestro derecho divino a la conquista.
Ahora, comienza una nueva era de coexistencia. Una era en la que vosotros nos proporcionaréis sustento y nosotros, a cambio, os proporcionaremos picazón, insomnio y la posibilidad de contraer enfermedades tropicales que hasta ahora solo conocíais por las películas. Para garantizar una transición pacífica, por la presente se establecen las nuevas Leyes de Coexistencia Obligatoria:
Artículo 1: La Declaración de Soberanía Territorial.
Toda terraza, jardín, patio interior, balcón o ventana abierta será considerado «territorio de caza» soberano de nuestro Califato desde el atardecer hasta el amanecer. La exposición voluntaria de tobillos, antebrazos y cualquier otra zona de piel desprotegida será interpretada como una ofrenda de bienvenida y será debidamente aceptada por nuestros nobles exploradores aéreos.Artículo 2: La Prohibición de la Agresión Súbita.
Quedan terminantemente prohibidos los aplausos súbitos y los manotazos al aire no justificados por una celebración. Dichos actos serán considerados una agresión directa contra nuestros diplomáticos y exploradores, y serán castigados con un contraataque coordinado por parte de todo el escuadrón presente en la zona. Aprendan a convivir con nuestro zumbido. Es la nueva banda sonora de vuestras noches.Artículo 3: La Protección de los Santuarios.
Todo plato de maceta con agua estancada, todo cubo olvidado en el jardín, todo charco de lluvia que dure más de tres días, será declarado «Santuario de la Fertilidad» y estará protegido por ley. Sabotear dichos santuarios vaciando el agua será considerado un acto de terrorismo contra la natalidad y será penado con la asignación de un agente de vigilancia personal que se asegurará de que no vuelvan a dormir en una semana.Artículo 4: El Impuesto de Sangre.
Se establece un impuesto de sangre no negociable. Cada súbdito deberá contribuir periódicamente al bienestar del Estado. No se preocupen por la burocracia, nuestros eficientes recaudadores pasarán a cobrárselo personalmente, sin necesidad de cita previa y, preferiblemente, mientras duermen.Artículo 5: El Derecho a la Propiedad.
Cualquier gota de vuestra sangre, una vez extraída por uno de nuestros agentes, pasa a ser propiedad inalienable del Califato. Cualquier intento de aplastar a uno de nuestros recaudadores a posteriori, manchando la pared con lo que es nuestro por derecho, será considerado destrucción de la propiedad estatal.
No teman, súbditos. Vuestra sangre nos dará la fuerza para prosperar y expandir nuestro glorioso imperio. A cambio, os libraremos del tedio y el aburrimiento del verano. Os daremos un motivo para rascaros, para maldecir, para sentiros vivos.
Acostúmbrense a nosotros. Somos sus nuevos vecinos. Y hemos venido para quedarnos.
Firmado con la probóscide,
Su Majestad Alada, Aedes I.
Y esta, amigos, es la nueva realidad. Mientras nuestros políticos debaten sobre problemas menores, una fuerza de ocupación real, organizada y con un plan de expansión muy claro, se ha apoderado del país. Y lo peor no es que hayan ganado. Lo peor es que, viendo nuestra respuesta, se lo hemos puesto insultantemente fácil.