Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, buenas tardes. El jueves es ese día maravilloso que huele a fin de semana, un día para la relajación y el optimismo. Y qué mejor manera de celebrarlo que repartiendo galardones, reconociendo el mérito y aplaudiendo a los campeones. Por supuesto, hablamos de los campeones de la ineptitud, la picaresca y la vergüenza ajena.
Damas y caballeros, con todos ustedes, el Top 5 de la Vergüenza de la Semana. La competición ha estado más reñida que nunca, pero nuestro jurado, tras largas deliberaciones y varias botellas de orujo, ha emitido su veredicto.
Mención de Honor (Fuera de Concurso)
Antes de las medallas, una mención especial a la Justicia Española por su contribución al género de la comedia del absurdo. Con el CGPJ en estado de momificación, el Supremo investigando a medio arco parlamentario y el Fiscal General en el banquillo, el sistema judicial ha decidido que la mejor forma de impartir justicia es no impartirla en absoluto. Un esfuerzo titánico que les deja a las puertas del podio. ¡Casi, chicos!
🥉 MEDALLA DE BRONCE: A la Soberbia Ignífuga
La medalla de bronce de esta semana es para la Junta de Castilla y León, por su innovadora gestión de crisis durante los incendios. Su hazaña: tener los montes en llamas, recibir la llamada de sus propios agentes forestales de vacaciones ofreciéndose a volver para ayudar, y responder con un elegante «no, gracias, está todo controlado».
Es una medalla al orgullo por encima de la prudencia. A la gestión del relato por encima de la gestión del desastre. Es el premio a la mentalidad de «prefiero que arda el granero a que el vecino me vea corriendo con un cubo de agua». Un bronce que sabe a ceniza y a una desconexión con la realidad tan densa que se podría cortar con un cuchillo. ¡Enhorabuena! Han demostrado que, a veces, el mayor pirómano no es el que prende la cerilla, sino el que se niega a coger la manguera por no dar su brazo a torcer.
🥈 MEDALLA DE PLATA: Al Capitalismo con Orejas de Ratón
La plata es para un competidor que viene pisando fuerte desde el mundo corporativo: The Walt Disney Company. Por su brillante estrategia de «lucha» contra las cuentas compartidas. No te prohíben compartir tu contraseña, no. Te «ofrecen» un nuevo plan más caro. Y si no pagas, te someten a un interrogatorio que haría sudar a un agente del KGB.
Esta medalla de plata premia la genialidad de la neolengua capitalista. Es un galardón al arte de venderte como una «mejora de seguridad» lo que es, simple y llanamente, un sablazo en toda regla. Es el premio a la avaricia disfrazada de «experiencia de visionado familiar». Disney ha conseguido lo imposible: convertir a Mickey Mouse en ese amigo gorrista que, después de años usando tu cuenta, de repente te dice que o le pagas la mitad o te denuncia por piratería. ¡Una plata brillante como un dólar recién impreso!
🥇 MEDALLA DE ORO: A la Geopolítica de Videojuego
Y la medalla de oro, el premio gordo, el galardón al disparate que nos ha dejado sin palabras, es para el anónimo (de momento) Servicio de Inteligencia que ordenó el asesinato del expresidente del Parlamento Ucraniano… con un sicario disfrazado de repartidor de Glovo.
¡Es la medalla de oro a la Pérdida Total del Sentido del Ridículo! Es el premio a la realidad por haber superado, con creces, cualquier guion de Hitman o de James Bond. En un mundo de satélites espía, ciberataques y drones indetectables, han decidido que la mejor forma de eliminar a un objetivo de alto valor es mandar a un tipo con una mochila amarilla a sus espaldas.
Este oro celebra la maravillosa fusión entre la geopolítica de la Guerra Fría y la precariedad del capitalismo de plataforma. Es la prueba de que nuestros espías, probablemente, han pasado más tiempo jugando a la PlayStation que leyendo a John le Carré. Es una operación tan chapucera y, a la vez, tan cinematográfica, que merece el primer puesto en nuestro podio. Es un oro que huele a pólvora y a pizza recalentada. ¡Felicidades, campeones! Han conseguido que un asesinato político parezca una mala misión secundaria de un videojuego.
Y así concluye nuestro reparto de medallas. Una semana más, la competición ha sido feroz. Los atletas de la ineptitud lo han dado todo, demostrando que el ser humano, en su afán por superarse, no conoce límites.
Nos vemos la semana que viene con un nuevo ranking. Hasta entonces, recuerden: si no pueden ser buenos, al menos intenten no acabar en nuestro podio. Aunque, sinceramente, cada vez lo ponen más difícil.
