Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, hoy tenemos que hacer una pausa en nuestra programación habitual de desastres y cinismo para informar de un suceso tan anómalo que roza lo paranormal. Presten atención, porque esto no ocurre todos los días. Una megacorporación multinacional ha escuchado a sus fans y ha decidido darles, exactamente, lo que querían. Lo sé, yo también he tenido que pellizcarme. Amazon ha anunciado que la segunda temporada de la serie de Fallout se ambientará en New Vegas.
La noticia ha sido recibida por la comunidad de internet con el mismo júbilo que recibiría un náufrago una caja de torreznos flotando. Fallout: New Vegas no es solo un videojuego; es una religión para muchos, una obra maestra a la que la gente ha dedicado más horas que a sus propias relaciones personales. Y ahora, la serie que tan brillantemente capturó el espíritu del Yermo en su primera temporada, se dirige a la joya de la corona.
Todo es perfecto. Demasiado perfecto.
Y aquí es donde mi instinto de Absurdólogo, entrenado en años de promesas políticas incumplidas y secuelas de películas infumables, empieza a gritar. Esto no es normal. Que una corporación del tamaño de Amazon, un ente cuya principal función es venderte cosas que no necesitas y saber más de ti que tu propia madre, haga un movimiento tan descaradamente pro-consumidor es el equivalente a que un político cumpla una promesa electoral. Es un suceso que desafía las leyes naturales del universo corporativo. Y por eso, amigos, es una trampa.
No me miren así. Piénsenlo fríamente. Nos están drogando. Nos están inyectando una dosis de fan service de una pureza tan alta que es peligrosa. Nos están dando exactamente lo que queremos para que bajemos la guardia. Nos están engordando como al cerdo antes de la matanza. ¿Por qué? ¿Qué buscan a cambio de nuestra felicidad?
Yo tengo una teoría. Nos están acostumbrando a la calidad. Nos están haciendo creer que nuestras opiniones importan. Nos están mimando y susurrando al oído que todo va a ir bien. ¿Para qué? ¡Para el golpe final! Para que, cuando estemos en la cima del éxtasis, con la guardia baja y el corazón lleno de confianza, nos anuncien que la tercera temporada de Fallout será un musical ambientado en Albacete, protagonizado por Leticia Sabater y con guion de una inteligencia artificial alimentada exclusivamente con las obras completas de Paulo Coelho.
Ese es su juego. Es una estrategia a largo plazo. Primero te dan la miel de New Vegas para que luego la hiel de la decepción te sepa aún peor. Quieren destrozarnos desde dentro, aniquilar nuestra esperanza. Quieren que, dentro de dos años, cuando estemos llorando en posición fetal viendo a un Sanguinario cantar una balada pop, recordemos con amargura este día. El día en que fuimos felices. El día en que, ingenuamente, creímos que de verdad les importábamos.
Así que disfruten del tráiler. Celébrenlo. Pero no se confíen. Mantengan un nivel saludable de paranoia. Miren cada escena con escepticismo. Y si ven algo demasiado bueno, demasiado perfecto, recuerden mis palabras. Porque en el Yermo, como en la vida, cuando algo parece demasiado bueno para ser verdad, es porque probablemente es una trampa de supermutantes con muy malas intenciones.