La noticia de que Hamas ejecuta a colaboradores en Gaza es el punto de partida para entender la complejidad de un conflicto donde la brutalidad no es patrimonio exclusivo de un bando. Este artículo analiza con el humor más negro esta terrible realidad.
Ecos de la Plaza: un Evento de Justicia Comunitaria
Buenas tardes, y bienvenidos a nuestra sección de crónica social. Hoy nos trasladamos a la vibrante Franja de Gaza, donde esta mañana se ha celebrado un concurrido evento de impartición de justicia popular. La jornada, organizada por el Departamento de Asuntos Internos de Hamás, ha tenido un éxito de afluencia, congregando a cientos de curiosos en la plaza principal para presenciar un juicio rápido y, sobre todo, muy resolutivo.
Tres ciudadanos locales, acusados del terrible delito de «colaboracionismo» con una milicia proisraelí, han tenido la oportunidad de participar en este innovador programa piloto de «Justicia Eficiente». El proceso, diseñado para evitar las tediosas demoras y los aburridos tecnicismos del sistema judicial tradicional, ha sido un ejemplo de celeridad.
El Proceso: un Modelo de Eficiencia
Fuentes de la organización han detallado a este medio las claves del éxito de este modelo procesal:
- La Acusación como Prueba: En un brillante ejercicio de optimización de recursos, la propia acusación sirve como prueba irrefutable. Esto ahorra un tiempo precioso en la fase de investigación, que como todos sabemos, es la que más atasca los juzgados. Cuando Hamas ejecuta a colaboradores, lo hace sobre la base de una certeza revolucionaria.
- La Ausencia de Abogados Defensores: Para garantizar que el proceso fluya sin interrupciones ni argumentos molestos, se ha prescindido de la figura del abogado defensor. «Son un cuello de botella para la justicia», declaraba un portavoz.
- El Veredicto Unánime (y Pre-escrito): El veredicto, «culpable», se redacta antes de la vista para agilizar la deliberación del jurado popular (que, en este caso, es el propio pelotón de ejecución). Esto garantiza una satisfacción del 100% en el resultado final.
El evento ha culminado con la aplicación de la sentencia en la misma plaza, en un acto público que busca, según los organizadores, «reforzar los lazos comunitarios y servir como ejemplo pedagógico para futuras generaciones».
Reacciones y Análisis: ¿Qué nos Dice este «Juicio»?
Algunos observadores internacionales, gente ceniza y con poco aprecio por la innovación judicial, han criticado la falta de «garantías procesales». A ellos, la organización les responde que la justicia revolucionaria no se puede medir con los mismos baremos que la justicia burguesa y lenta. «Nuestros plazos de resolución son imbatibles», afirman.
La noticia de que Hamas ejecuta a colaboradores, confirmada por agencias como [Reuters], no es una simple anécdota de la guerra. Es una radiografía del poder. Es la demostración de que, en un conflicto, el terror no es solo un arma contra el enemigo exterior, sino también una herramienta de control sobre la propia población.
Este tipo de actos no buscan solo castigar a presuntos traidores. Buscan, sobre todo, enviar un mensaje a los demás: «Vigilamos. O estás con nosotros, o estás contra nosotros. No hay término medio». Es una forma de aniquilar cualquier atisbo de disidencia, real o imaginaria. Siembra el miedo, la desconfianza entre vecinos y asegura que nadie se atreva a cuestionar la línea oficial.
Y aquí es donde el círculo de la brutalidad se cierra. Mientras Israel bombardea desde el aire, como vimos en el [caso de la clínica dental], Hamás «limpia» desde dentro. Y en medio, atrapada entre dos fuegos, queda la población civil de Gaza, víctima de una guerra que se libra en su tierra, en sus casas y, ahora también, en sus plazas.
Así que, mientras la comunidad internacional sigue redactando sus [informes sobre crímenes de guerra], la «justicia» a pie de calle sigue su propio y sangriento curso. La jornada de hoy en Gaza ha sido, sin duda, un éxito para sus organizadores. El caso ha quedado resuelto. Para siempre.