Recibimos en la consulta una misiva digital, enviada desde el borde mismo de la ilegalidad ciudadana.
Estimado Absurdólogo,
Mi DNI ha caducado. Llevo dos semanas intentando conseguir una cita previa. He probado a las ocho de la mañana, a las doce del mediodía, a las tres de la madrugada… La respuesta de la web es siempre la misma, un mensaje lacónico y cruel: «En estos momentos, no hay citas disponibles».
Doctor, empiezo a pensar que las citas previas son una leyenda urbana, como el Yeti o un político que cumple su programa. He oído rumores de gente que dice conocer a alguien cuyo primo una vez consiguió una, pero no he visto pruebas. Estoy a punto de convertirme en un indocumentado. ¿Qué hago? ¿Debo presentarme en la comisaría con una tienda de campaña y esperar a que me atiendan por pena?
Atentamente,Un Indocumentado a la Fuerza.
Estimado Indocumentado a la Fuerza,
Usted no está intentando realizar un simple trámite administrativo. Usted se ha embarcado, sin saberlo, en una de las grandes búsquedas épicas de nuestro tiempo: la búsqueda de la Cita Previa Perdida. Es una odisea que combina la emoción de las películas de Indiana Jones con la frustración de un capítulo de Black Mirror.
Lo primero que debe entender es que la web de cita previa no es una herramienta. Es un guardián. Un acertijo digital diseñado por un burócrata con alma de Sádico para poner a prueba su tenacidad, su fe y la velocidad de su conexión a internet. El mensaje «no hay citas disponibles» no significa que no haya citas. Significa: «No eres digno. Vuelve a intentarlo, mortal».
Durante mis años de investigación en el campo de la absurdología burocrática, he recopilado testimonios y leyendas sobre cómo algunos héroes anónimos lograron esta hazaña. Le comparto los métodos más extendidos, aunque su eficacia es comparable a la de la danza de la lluvia.
Método 1: El Madrugador Místico
La leyenda cuenta que, justo a las 8:00:00 AM, el sistema libera un número muy limitado de citas, como si fuera el maná cayendo del cielo. Requiere tener la web abierta, los datos pre-rellenados y unos reflejos de piloto de caza para hacer clic antes de que se esfumen en 0,3 segundos. Es el equivalente a intentar cazar un colibrí con unos palillos chinos.
Método 2: La Fuerza Bruta (o el «Síndrome del F5»)
Consiste en aporrear la tecla F5 de su teclado sin descanso, con la esperanza de que, en una de esas actualizaciones, un hueco aparezca por la cancelación de última hora de alguien que, probablemente, haya fallecido durante la espera. Es una estrategia que pone a prueba la resistencia de su teclado y de sus nervios.
Método 3: La Brujería Geográfica
El sistema le ofrece citas en su provincia. Pero, ¿y si prueba en la provincia de al lado? ¿Y en la de más allá? Este método le llevará a descubrir pueblos de la España profunda que no sabía que existían. Con un poco de suerte, conseguirá una cita en una comisaría a 300 kilómetros de su casa. El viaje le costará más que el propio DNI, pero volverá con su documento renovado y una bonita historia que contar.
Método 4: El Mercado Negro de la Cita
Sí, amigos, existe. Individuos con conocimientos arcanos (o bots) acaparan las pocas citas que salen y luego, según se rumorea, las «ofrecen» a los desesperados. Es la reventa de entradas, pero aplicada a un derecho fundamental. La picaresca, una vez más, adaptándose a los nuevos mercados.
Diagnóstico y Tratamiento
Usted, mi querido amigo, es un peregrino en un camino lleno de obstáculos. Su fe es la de conseguir un trozo de plástico con su foto que certifique que usted es, efectivamente, usted.
Diagnóstico: Sufre de «desesperación burocrática aguda».
Tratamiento: Paciencia, perseverancia y una pizca de locura.
- Combine los métodos. Levántese a las 7:59, prepare sus dedos para el F5 y tenga a mano el mapa de las comisarías de toda su comunidad autónoma.
- No lo haga solo. Conviértalo en una actividad familiar. Ponga a su pareja, a sus hijos y a su abuela a buscar citas simultáneamente. Aumentará sus posibilidades (y creará un bonito trauma compartido).
- La opción nuclear: Preséntese en la comisaría a primera hora de la mañana, sin cita, con cara de pena y su DNI caducado en la mano. A veces, los funcionarios, esos guardianes de la puerta, se apiadan de las almas perdidas.
No desfallezca. Conseguir una cita previa para el DNI es la prueba de ciudadanía definitiva en la España del siglo XXI. Si lo consigue, no solo tendrá un documento renovado. Tendrá la certeza de que es usted un superviviente, un héroe, un elegido. Y esa sensación, amigo mío, no se paga con dinero. Se paga con horas de su vida.
Atentamente,
El Absurdólogo de Guardia.
