Recibimos en la consulta una carta escrita en un tono que mezcla la culpa, la resignación y, sospecho, el delicioso sabor del queso de una pizza cuatro quesos.
Estimado Absurdólogo,
A principios de mes, yo era un hombre nuevo. El 1 de septiembre me levanté y dije: «¡Se acabó!». Me apunté al gimnasio. Tiré las galletas y las reemplacé por brócoli. Me descargué Duolingo para, por fin, aprender ese italiano que siempre quise chapurrear. Me sentía como el protagonista de una película de superación.
Hoy es 24 de septiembre. Mi única actividad física ha sido el sprint del sofá a la nevera durante los anuncios. Anoche cené pizza. Y el puto búho verde de Duolingo me envía notificaciones pasivo-agresivas que rozan la amenaza mafiosa. Doctor, ¿por qué soy un desastre? ¿Por qué mi fuerza de voluntad tiene la consistencia de un flan al sol?
Atentamente,Un Procrastinador Profesional.
Estimado Procrastinador Profesional,
Usted no es un desastre. Usted es un rebelde. Un héroe anónimo que lucha, sin saberlo, en la última trinchera de la cordura: la resistencia pasiva contra la tiranía de la auto-mejora.
Lo que usted ha experimentado no es un fracaso personal. Es el ciclo natural de la vida. Septiembre es el lunes del año, un mes cargado de una energía artificial y opresiva que nos obliga a querer ser mejores. La industria del «conviértete en tu mejor versión» hace su agosto (o su septiembre, más bien). Los gimnasios se llenan de nuevos mártires, las fruterías venden apio como si fuera oro y las apps de idiomas nos prometen que en tres meses hablaremos como un nativo.
Es una estafa. Una conspiración diseñada para hacernos sentir culpables.
Analicemos a sus enemigos:
- El Gimnasio: Un lugar lleno de espejos, música infernal y gente que parece disfrutar del sufrimiento. Te venden la idea de un «cuerpo de verano», pero nunca te dicen que para conseguirlo tienes que renunciar a la alegría de vivir y alimentarte a base de pechuga de pollo a la plancha. Su abandono no es un signo de debilidad, es un acto de amor propio.
- La Dieta: La dieta es la negación de la felicidad. Es la voz de tu conciencia diciéndote que esa croqueta es el demonio. Abandonar la dieta no es fracasar, es recordar que la vida es demasiado corta para no comer queso.
- El Búho de Duolingo: Este es el más peligroso de todos. Se disfraza de mascota adorable, pero es un tirano digital. Te sonríe mientras te recuerda que has roto tu racha de 3 días. Te envía notificaciones a las 11 de la noche que suenan a «sé dónde vives». Ignorar al búho de Duolingo no es pereza, es una victoria por la salud mental.
Usted, mi querido amigo, no ha fracasado. Simplemente, su «yo» auténtico ha ganado la batalla contra ese impostor motivado que intentó apoderarse de su cuerpo a principios de mes. Su «peor versión», esa que se queda en el sofá y pide pizza, es, en realidad, su versión más honesta. Es la que sabe que la felicidad no está en una cinta de correr, sino en el silencio que se produce cuando, por fin, dejas de exigirte ser perfecto.
Hemos creado una sociedad que nos presiona constantemente para ser más productivos, más guapos, más listos, más políglotas. ¿Y para qué? ¿Para poner en nuestro currículum «Nivel de italiano: capaz de pedir una pizza sin ofender a nadie»?
Diagnóstico y Tratamiento
Usted no es un procrastinador. Es un libertador. Ha liberado a su verdadero yo de la cárcel de los propósitos absurdos.
Diagnóstico: Padece usted un caso agudo de «cordura».
Tratamiento:
- Cancele la suscripción al gimnasio. Con el dinero que se ahorre, cómprese una buena botella de vino.
- Coma esa pizza. Disfrútela. Hágale una foto y envíesela al búho de Duolingo.
- Abrace su derecho a no mejorar. A veces, la mayor mejora que uno puede hacer es aceptarse como es: un ser imperfecto cuya idea de un buen plan para el miércoles por la noche es, simplemente, no hacer absolutamente nada.
No se sienta culpable. La vida ya es lo suficientemente complicada como para añadirle la presión de tener que ser la versión de nosotros mismos que publicaría un coach en Instagram.
Atentamente,
El Absurdólogo de Guardia.
