Récord en Listas de Espera Quirúrgicas: Guía Práctica para Aprovechar los 6 Meses que Tienes Antes de que te Operen la Rodilla.

Caricatura de una cola de listas de espera quirúrgicas que dura años, como sátira del récord histórico y el colapso de la sanidad.

Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, buenas tardes. Traemos una de esas noticias que ya ni siquiera nos indignan. Simplemente, nos provocan una mueca de resignación, un suspiro profundo, un «es lo que hay». El Ministerio de Sanidad, con la misma fanfarria con la que se anuncia un nuevo récord olímpico, ha publicado los últimos datos de las listas de espera quirúrgicas. Y, ¡enhorabuena a todos!, hemos vuelto a superarnos. Ya somos 850.000 personas esperando a que un cirujano nos haga un hueco en su agenda. La espera media: 180 días. Seis meses.

Un dato que en cualquier país serio provocaría una crisis de gobierno, aquí se ha convertido en parte del paisaje. Lo hemos normalizado. Esperar medio año para que te operen de cataratas o te arreglen una hernia ya no es un escándalo, es una característica de nuestro sistema de bienestar.

Pero no estamos aquí para quejarnos. Estamos aquí para ser proactivos. Si el sistema te da seis meses, ¡aprovéchalos! No te quedes en el sofá lamentándote. Por eso, hemos elaborado esta práctica «Guía de Entretenimiento y Crecimiento Personal para Pacientes en Listas de Espera Quirúrgicas».

Actividad 1: Fórmate. El Saber no Ocupa Lugar (pero tu Hernia Sí).

Dispones de 180 días. Es tiempo más que suficiente para adquirir nuevas y emocionantes habilidades.

  • Aprende un Nuevo Idioma: ¿Siempre has querido aprender klingon? ¿O quizá algo más práctico como el chino mandarín? Con seis meses por delante, puedes alcanzar un nivel de fluidez B2. Podrás discutir con tu cirujano sobre la técnica quirúrgica en su idioma nativo. Él lo apreciará.
  • Sácate un Máster Online: Hay cientos de opciones. «Máster en Gestión de la Paciencia», «Postgrado en Interpretación de Jerga Médica», «Curso Avanzado de Resignación Filosófica». Cuando llegues al quirófano, no solo tendrás una rodilla nueva, también un currículum que impresionará a las enfermeras.
  • Aprende a Tocar un Instrumento: El ukelele es una opción excelente. Es pequeño, manejable y su sonido alegre contrastará maravillosamente con tu dolor crónico.

Actividad 2: Conviértete en Escritor. Transforma tu Dolor en Arte.

Seis meses es el tiempo perfecto para escribir esa novela que llevas dentro.

  • Escribe tus Memorias: Titúlala «De la Cita con el Traumatólogo a la Pre-Anestesia: Crónica de una Espera». Será un bestseller. Puedes dividirla en tres tomos: «El Diagnóstico», «El Limbo Administrativo» y «La Llamada».
  • Redacta un Manifiesto: Sobre la degradación del sistema sanitario público. Tendrás tiempo de sobra para documentarte, citar a [expertos en gestión sanitaria] y proponer soluciones que, por supuesto, nadie escuchará. Pero quedará un documento precioso.

Actividad 3: Disfruta de los Pequeños Placeres de la Vida (mientras puedas moverte).

Esta es la opción más hedonista.

  • Hazte un Experto en Series: Tienes tiempo para ver Los SopranoThe Wire y todas esas series que tus amigos culturetas dicen que «tienes que ver». Cuando te pregunten qué has hecho en los últimos seis meses, podrás decir con orgullo que has completado tu formación audiovisual.
  • Observa el Ciclo de la Vida: Planta un bonsái. O, si te sientes más ambicioso, un aguacate. Podrás verlos crecer, florecer y, con suerte, dar sus primeros frutos justo a tiempo para tu operación. Será una hermosa metáfora de tu propia y lenta recuperación.
  • Ve Crecer a tus Nietos: Si tienes la edad adecuada, estos seis meses son una oportunidad de oro para crear un vínculo con ellos. Podrás ver sus primeros pasos, oír sus primeras palabras, enseñarles a montar en bici… Con suerte, cuando te operen, ya sabrán leer y podrán visitarte en el hospital para leerte el periódico.

Como ven, las listas de espera quirúrgicas no son un problema. Son una oportunidad. Una inesperada pausa en nuestras ajetreadas vidas que el Estado, en su infinita generosidad, nos regala para que nos dediquemos a nosotros mismos.

Detrás de esta sátira, por supuesto, se esconde la cruda realidad que confirman los datos oficiales publicados en [medios como El País]. La normalización de este colapso es, quizá, el síntoma más grave de nuestra enfermedad como sociedad. Hemos aceptado que la salud, nuestro bien más preciado, dependa de una lotería administrativa.

Así que la próxima vez que le den una cita para operarse dentro de medio año, no se enfade. Sonría. Dé las gracias. Y empiece a planificar qué va a hacer con todo ese tiempo libre. El sistema no le garantiza una cura rápida, pero, oiga, le garantiza una agenda despejada. Algo es algo.

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