El Bisturí del Día
El Contexto: La Guerra de los Trapos
Bienvenidos al campo de batalla ideológico que es la Asamblea de Madrid. La última escaramuza: la decisión de Ayuso de prohibir la exhibición de banderas palestinas en los colegios públicos. La izquierda, como era de esperar, ha acusado a la presidenta de censura y de falta de humanidad. Y la presidenta, en lugar de argumentar sobre la neutralidad en los centros educativos o cualquier otra excusa aburrida, ha decidido sacar el arma definitiva. Ha cogido su DeLorean particular y se ha plantado en el año 2003.
La Cita:
Isabel Díaz Ayuso (a la bancada de la izquierda): «Me hablan de humanidad, pero son los mismos que, con el mismo sectarismo, le decían ‘No a la guerra’ al presidente Aznar. ¡El mismo Madrid, las mismas pancartas, la misma historia!»
La Traducción del Absurdólogo:
«Ah, ¿así que ahora os ha entrado el pacifismo? Pues os recuerdo que en 2003 también erais muy pacifistas, pero solo porque gobernaba el PP. Vuestra supuesta superioridad moral es una farsa, sois unos hipócritas. Y como vosotros fuisteis hipócritas entonces, yo tengo todo el derecho del mundo a serlo ahora. Jaque mate, progres. Y tú más.»
El Veneno: Autopsia del «Y tú Más» Transgeneracional
La declaración de Ayuso es una obra de arte. Es la quintaesencia del debate político español. Es la demostración de que, en este país, no importa cuál sea el problema del presente, la respuesta siempre está en el pasado. Y, a poder ser, en un pasado que nos permita tirarnos a la cabeza a nuestros respectivos fantasmas.
Analicemos la genialidad de esta cuchillada de sobremesa:
- La Anulación del Argumento Presente: Es una jugada magistral. La izquierda le habla de Gaza en 2025. Y Ayuso les responde con Irak en 2003. Con este simple movimiento, anula por completo el debate actual. Ya no se habla de si es lícito o no prohibir una bandera en un colegio. Ahora se habla de la coherencia de la izquierda en los últimos 22 años. Ha cambiado el campo de juego. Una estrategia brillante.
- El Caramelo para la Propia Parroquia: La mención al «No a la guerra» de Aznar es un silbato para perros para su base electoral. Les recuerda uno de los momentos de mayor acoso a su partido, activando un sentimiento de victimismo y de revancha. Les dice: «Veis, son los mismos de siempre, los que nos acosaban entonces nos acosan ahora. No es por Palestina, es por odio al PP». Consolida a los suyos y enfurece a los contrarios, que es el objetivo principal de la política moderna.
- La Destrucción de la Lógica: La premisa de Ayuso, si la analizamos fríamente, es un disparate. La lógica subyacente es: «Como ustedes protestaron contra una guerra (la de Irak) que yo considero que no deberían haber protestado, ahora no tienen legitimidad moral para protestar por esta otra situación (la de Gaza)». Es una falacia del tamaño de una catedral. Es como decirle a un bombero: «Como usted apagó el incendio del quinto piso, ahora no puede quejarse del incendio del sexto».
Pero da igual. No está diseñada para tener lógica. Está diseñada para golpear. Para crear un titular. Para generar ruido. Y en eso, Ayuso, recordando el «No a la guerra», es una maestra.
Lo que esta declaración nos enseña es que la política española no es una línea de tiempo, es un bucle. Es el Día de la Marmota, pero con más banderas y menos gracia. Estamos atrapados en las mismas trincheras de la Guerra Civil, de la Transición, de la guerra de Irak. No importa cuál sea la noticia de hoy, siempre encontraremos la forma de conectarla con una afrenta del pasado para justificar nuestras miserias del presente. Como ya hemos visto en [nuestro Archivo del Disparate], la hemeroteca es el arma más peligrosa de este país.
Así que, mientras ellos juegan a desenterrar los fantasmas de 2003 para justificar las decisiones de 2025, el mundo sigue girando. Y los problemas reales siguen ahí. Pero eso, por lo visto, es secundario. Lo importante es demostrar que, aunque tú seas un hipócrita, el de enfrente lo es más. Y en esa competición, amigos, en España siempre hay empate técnico.