Buenas noches, y bienvenidos a la sesión golfa. Justo cuando pensaban que la semana ya no podía ofrecernos más sobresaltos, justo cuando se disponían a apagar la luz y abandonarse a la intrascendencia del sueño, la realidad, esa guionista cruel y adicta a los finales de temporada impactantes, ha decidido lanzar la bomba definitiva. Abran bien los ojos. Lo que van a leer a continuación no es una noticia. Es el guion del capítulo que lo cambia todo.

SERIE: «EL REINO»

TEMPORADA 3, EPISODIO FINAL

TÍTULO: «LA MONCLOA»

ESCENA 1

INT. AUDIENCIA NACIONAL – DESPACHO DEL JUEZ – DÍA

Una pila de documentos sobre la mesa. Informes de la UCO. Extractos bancarios. El juez ISMAEL MORENO, un hombre de mirada cansada pero resuelta, teclea con parsimonia. En la pantalla de su ordenador, se redacta un auto. Las palabras clave brillan como neones en la oscuridad: «TRÁFICO DE INFLUENCIAS», «AIR EUROPA», «RESCATE».

El juez se detiene. Suspira. Y teclea el nombre que todos esperaban y que nadie se atrevía a pronunciar en voz alta.

JUEZ (V.O.)
A veces, para llegar al corazón de la trama, no tienes que seguir el rastro del dinero. Tienes que seguir el rastro del poder. Y el poder, en esta historia, tenía un nombre.

En la pantalla, aparece el nombre: BEGOÑA GÓMEZ. La cámara hace un zoom lento y dramático sobre la palabra «INVESTIGADA».

FUNDIDO A NEGRO.

(Música de tensión. La sintonía de la serie, pero en un tono más oscuro, más ominoso).

ESCENA 2

INT. PALACIO DE LA MONCLOA – DESPACHO PRESIDENCIAL – NOCHE

PEDRO SÁNCHEZ está de pie, de espaldas, mirando por la ventana la silueta de Madrid. Su rostro se refleja en el cristal. Está tenso. En su mano, un teléfono vibra sin cesar. Lo ignora.

Entra FÉLIX BOLAÑOS, su fiel escudero. Su cara es un poema. Sostiene una tablet con el titular de un teletipo urgente.

BOLAÑOS
Presidente… ha salido.

Sánchez no se gira. Sigue mirando por la ventana.

SÁNCHEZ
Lo sé.

BOLAÑOS
La maquinaria del fango… han cruzado la última línea roja. Atacar a la familia…

SÁNCHEZ
(Interrumpiéndole, con una frialdad que hiela la sangre)
Prepara un comunicado. Niega la mayor. Habla de lawfare. De cacería. Lo de siempre. Y convoca al comité de crisis. Necesitamos una contraofensiva. Ahora.

BOLAÑOS
¿Y… Begoña?

Sánchez por fin se gira. Su mirada ya no es la de un presidente. Es la de un hombre acorralado.

SÁNCHEZ
Begoña… hará lo que tenga que hacer.

ESCENA 3

MONTAJE PARALELO:

Un telediario. La presentadora, con gesto grave, anuncia la noticia. «BEGOÑA GÓMEZ, INVESTIGADA».
Un plató de tertulia. Políticos del PP celebran la noticia como un gol. Políticos del PSOE gritan «¡GOLPE DE ESTADO!».
JOSÉ LUIS ÁBALOS, en su casa, se sirve un whisky, mira la tele y esboza una sonrisa amarga.
KOLDO, en algún lugar, apaga el teléfono.

La cámara vuelve al despacho de la Moncloa. Sánchez sigue de pie. La tormenta, ahora, no solo está fuera. Está dentro.

JUEZ (V.O.)
Dicen que el poder corrompe. Pero no es cierto. El poder solo revela. Y lo que esta investigación estaba a punto de revelar… podía hacer caer un Gobierno. O un país entero.

FUNDIDO A NEGRO.

¿HABRÁ CUARTA TEMPORADA?

El Bisturí del Absurdólogo: El Final del Juego

Lo que acaban de leer es, por supuesto, una dramatización. Pero es una dramatización que se queda corta ante la magnitud de la realidad. La citación de Begoña Gómez como investigada en el Caso Koldo no es un simple paso más en una investigación judicial. Es un misil nuclear lanzado directamente a la línea de flotación de la Presidencia del Gobierno.

Durante meses, el «caso Koldo» ha sido una trama de secundarios. Un ex-ministro caído en desgracia, un asesor con ínfulas de conseguidor, una maraña de comisiones y mascarillas. Pero ahora, el foco ya no está en los peones. El juez ha decidido apuntar directamente a la reina.

Esta decisión lo cambia todo.

Para el Gobierno, es una crisis existencial. Ya no pueden despachar esto como «la trama del PP». La sombra de la sospecha entra, literalmente, en la alcoba del presidente. La estrategia de defensa, como ya hemos visto en el guion, será la de siempre: negar, victimizarse y gritar «lawfare«. Pero cada vez suena más hueco.
Para la oposición, es el maná caído del cielo. Es la prueba que llevaban meses esperando. Es la confirmación de su relato. Usarán esta citación como un ariete para intentar derribar al Gobierno, sin importarles si en el proceso se llevan por delante la poca credibilidad que le queda al sistema. Como ya hemos analizado en [nuestro artículo sobre la fianza a Feijóo], la presunción de inocencia es un concepto que solo se aplica a los de tu propio equipo.
Y para España, es la constatación de un fracaso. La constatación de que la polarización ha podrido hasta el tuétano de nuestras instituciones. La noticia de que la esposa del presidente es investigada por corrupción debería ser un shock, un momento de reflexión nacional. En lugar de eso, se ha convertido en munición. En un arma. En el último y más sangriento episodio de la guerra civil política que nos desangra.

La noche es oscura y alberga horrores. Y la noticia con la que cerramos el día es, probablemente, la más oscura de todas. Porque ya no se trata de quién es culpable o inocente. Se trata de si este país puede aguantar mucho más.

Buenas noches. Y que la cuarta temporada nos pille confesados.