Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, hoy hemos tenido acceso en exclusiva a una correspondencia confidencial que promete revolucionar las relaciones diplomáticas y la ciencia económica. Se trata de un tenso pero revelador intercambio de misivas entre la Comisión Europea, ese ente con sede en Bruselas que actúa como el padre severo pero justo de Europa, y el Gobierno de España, que en esta metáfora vendría a ser el hijo adolescente que se ha gastado la paga en una moto trucada y ahora no tiene para gasolina.
La historia, como todas las grandes tragedias, empieza con una advertencia.
CARTA Nº 1: DESDE BRUSELAS, CON PREOCUPACIÓN
Estimado Reino de España,
Le escribimos desde el Departamento de Cosas que Suman y Restan. Tras analizar sus cuentas públicas con la ayuda de una calculadora y dos cajas de aspirinas, hemos llegado a una conclusión fascinante: gastan ustedes más de lo que ingresan. Sabemos que esto puede sonar a tecnicismo, pero en el dialecto de los contables, a eso se le llama «déficit». Además, su nivel de «deuda», que es el acumulado de todos los déficits desde que los Reyes Católicos pidieron el primer crédito, empieza a parecerse al número de teléfono de un millonario.
No queremos ser aguafiestas, pero la cosa está fea. Por ello, les recomendamos encarecidamente que inicien un proceso de contención del gasto. O, para que nos entiendan: apriétense el cinturón.
Atentamente,
Sus socios del norte que sí saben sumar (y que, casualmente, son los que ponen la pasta).
Un mensaje claro, directo, con la sutileza de un contable alemán. Uno esperaría una respuesta prudente, un plan de ajuste, una promesa de moderación. Pero, amigos, estamos hablando de España. Aquí no entendemos de prudencia, entendemos de chulería.
CARTA Nº 2: DESDE MADRID, CON CREATIVIDAD
Queridísima Bruselas,
Hemos recibido su atenta carta y la hemos leído con la máxima consideración mientras nos tomábamos un café. Agradecemos profundamente su interés por nuestra salud fiscal. Su recomendación de «apretarse el cinturón» nos ha parecido de una brillantez conceptual que merecía ser estudiada en profundidad.
Tanto es así que, para analizar su valiosa sugerencia con el rigor que merece, hemos decidido tomar una serie de medidas de efecto inmediato:
1. Crear el «Ministerio para el Estudio Estratégico de las Recomendaciones Europeas sobre Austeridad» (MESEREA), con su correspondiente ministro, tres secretarios de Estado y 27 asesores.
2. Fundar la «Alta Consejería para la Metodología del Ajuste del Cinturón» (ACMACA), dirigida por un experto en moda y un economista.
3. Establecer la «Dirección General del Gasto Creativo e Inversión en Comités» (DGCIC), cuyo objetivo será encontrar nuevas y emocionantes formas de gastar dinero para estudiar cómo no gastar dinero.Como pueden ver, nos hemos tomado su advertencia muy en serio. La creación de estas tres nuevas estructuras, con sus respectivos presupuestos, coches oficiales y máquinas de café, demuestra nuestro compromiso inquebrantable con la contención del gasto.
Esperamos que esta proactiva respuesta les tranquilice.
Un cordial saludo,
El Gobierno de España (Departamento de Soluciones Imaginativas).
Tras esta respuesta, nuestras fuentes nos informan de que en Bruselas se pudo oír el sonido de una cabeza golpeándose repetidamente contra un escritorio. La correspondencia continuó.
CARTA Nº 3: DESDE BRUSELAS, CON INCREDULIDAD
Estimada España,
Hemos recibido su… respuesta. Creemos que ha habido un malentendido. «Apretarse el cinturón» era una metáfora. Significa gastar MENOS. No gastar más en gente que va a estudiar cómo gastar menos.
Por favor, confirmen que han entendido el concepto.
Atentamente,
Sus socios, al borde de un ataque de nervios.
CARTA Nº 4: DESDE MADRID, CON FIRMEZA
Apreciada Bruselas,
Concepto entendido. Pero ustedes no comprenden la idiosincrasia española. Aquí, los problemas no se solucionan con recortes. Se solucionan creando un «Observatorio para el Seguimiento del Problema», lo que genera empleo, dinamiza la economía y, sobre todo, nos da tiempo para que el problema se olvide o para que llegue otro más grande.
No se preocupen. Todo está bajo control.
Un saludo,
El Gobierno de España (y sus tres nuevos ministerios).
Esta gloriosa saga epistolar es la metáfora perfecta de nuestra política económica. Es la demostración de que en España la única industria que jamás entrará en crisis es la de crear cargos públicos. Tenemos más asesores por metro cuadrado que Suecia, más observatorios que la NASA y más comités que la ONU.
Y mientras el monstruo burocrático sigue creciendo, alimentado por nuestro propio dinero, la deuda sigue subiendo. Pero no pasa nada. Porque si un día Bruselas se cansa y nos cierra el grifo, siempre podremos crear un nuevo ministerio para estudiar el impacto de que nos hayan cerrado el grifo. Y así, hasta el infinito.