Buenas tardes, feligreses del absurdo, y bienvenidos a la mesa de autopsias. Hoy, sobre el frío acero de este laboratorio, no yace un cuerpo, sino algo mucho más grande: el cadáver de una promesa. El fiambre de la «modernización». El cuerpo inerte, pixelado y con un eterno mensaje de «Error 503» del nuevo portal digital del SEPE.
El colapso del SEPE Digital la semana pasada, que dejó a millones de parados en un limbo burocrático, no fue un simple «fallo técnico», como nos han querido vender. No fue un «incidente aislado». Fue la crónica de una muerte anunciada. Fue el resultado predecible de una cadena de decisiones tan catastróficas que, si no fuera porque se han gastado 80 millones de euros de su dinero, provocaría hasta carcajadas.
Hoy, en El Monumento a la Chapuza, vamos a realizar la investigación forense. Vamos a reconstruir el crimen.
INFORME FORENSE: «CASO SEPE-GATE»
Víctima: El Servicio Público de Empleo Estatal (y la paciencia de millones de españoles).
Causa de la Muerte: Fallo multisistémico provocado por una combinación letal de incompetencia, avaricia y estupidez burocrática.
Coste del Funeral: 80 millones de euros (de momento).
PRUEBA A: El Arma del Crimen (El Pliego de Condiciones)
Todo crimen empieza con un arma. Y el arma de este desastre fue el pliego de condiciones del concurso público. Hemos tenido acceso (ficticio, claro) a extractos de este documento, y parece redactado por un enemigo infiltrado.
- Requisito 2.4.1 (Servidores): «La infraestructura deberá ser robusta, escalable y capaz de soportar picos de demanda. Se recomienda encarecidamente el uso de un servidor Amstrad CPC 464, por su probada fiabilidad en los años 80.»
- Requisito 3.8.2 (Interfaz de Usuario): «El diseño será ‘intuitivo’. Se valorará positivamente que para sellar el paro el usuario deba resolver un acertijo, completar un Sudoku y sacrificar una cabra a la luz de la luna llena.»
- Requisito 5.1.3 (Seguridad): «La contraseña de administrador del sistema será, por defecto, ‘123456’. Se recomienda al adjudicatario cambiarla por algo más seguro, como ‘admin123456’, si lo considera oportuno.»
El pliego, en resumen, era una invitación al desastre. Y, por supuesto, una empresa acudió a la llamada.
PRUEBA B: El Sospechoso Habitual (La Consultora «Soluciones Integrales S.L.»)
El concurso lo ganó, ¡qué sorpresa!, una de esas grandes consultoras con nombre genérico y sede en un rascacielos de Madrid. Una empresa cuya única experiencia previa en el sector del empleo era haber despedido a la mitad de su plantilla el año anterior.
Hemos hablado con un «experto» anónimo en contratación pública, llamémosle «Garganta Profunda de Despacho»:
«El criterio de adjudicación fue clarísimo», nos cuenta. «No se buscaba a la empresa más competente, se buscaba a la que presentara el Powerpoint más bonito. La ganadora trajo una presentación con 150 diapositivas llenas de palabras como ‘blockchain’, ‘sinergia’ y ‘paradigma disruptivo’. Nadie entendió una mierda, pero sonaba carísimo y muy moderno. Adjudicado.»
La consultora se embolsó un contrato de 80 millones y, probablemente, subcontrató el trabajo a tres chavales en la India por 500 euros y la promesa de un cuenco de arroz.
RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS: Las 24 Horas Previas al Colapso
Gracias a testimonios internos, hemos podido reconstruir la cronología del desastre:
- DÍA D – 1, 14:00h: Un técnico subalterno, llamémosle Juan, detecta una anomalía. «Jefe», le dice a su superior, «el sistema parece que solo aguanta 50 conexiones simultáneas. Y mañana esperamos tres millones». El jefe, ocupado eligiendo el catering para la inauguración, le responde: «Juan, no seas alarmista. Eso es porque lo estás probando con el Windows 95. Mañana irá como un tiro».
- DÍA D, 08:59h: En la sala de control, a un minuto del lanzamiento, reina el optimismo. El Ministro responsable ya está en el plató de la televisión pública, listo para anunciar el «salto a la modernidad» del SEPE.
- DÍA D, 09:00h: Se abre el portal. Tres millones de parados hacen clic a la vez.
- DÍA D, 09:00 y 1 nanosegundo: El servidor emite un sonido parecido al de una cafetera ahogándose y se funde, creando un pequeño agujero negro en la Ciudad de la Imagen.
- DÍA D, 09:01h: El Ministro, en directo, es informado del colapso del SEPE Digital. Su cara pasa por las cinco fases del duelo en siete segundos: negación, ira, negociación, depresión y, finalmente, aceptación. Y la aceptación, en política, consiste en echarle la culpa a un «ataque informático sin precedentes de una potencia extranjera hostil».
CONCLUSIÓN DEL FORENSE: Homicidio por Incompetencia
El colapso del SEPE Digital no fue un accidente. Fue un homicidio. El asesinato de la eficiencia, la violación de la confianza pública y el estrangulamiento de la paciencia ciudadana. 80 millones de euros de nuestros impuestos, evaporados. Como ya hemos visto en [el caso de la chapuza del Kit Digital], la «modernización» se ha convertido en el eufemismo perfecto para la malversación por la vía de la ineptitud.
Este no es un monumento a un error. Es un monumento a un sistema. Un sistema donde la apariencia importa más que la sustancia. Donde un buen titular vale más que un servicio que funcione. Y donde la culpa, al final, nunca es de nadie. O, mejor dicho, siempre es de un hacker ruso anónimo.
Y mientras ellos preparan el pliego para el «SEPE Digital 2.0» (que costará el doble y lo ganará la misma consultora), millones de parados seguirán haciendo cola al sol, soñando con un futuro en el que, para sellar el paro, no se necesite un milagro.
Que en paz descanse la eficiencia. La echaremos de menos.