Fianza a Feijóo: la Crónica del «Secuestro Político» que Paraliza España.

Caricatura del juez retirando el pasaporte a Feijóo y el PP denunciando un "secuestro político", como sátira de la politización de la justicia y la fianza millonaria.

El Contexto: Tarjeta Roja Directa en el Partido de la Legislatura

Antes de clavar el bisturí, pongamos la mesa de operaciones. Imaginen la escena: es el minuto 90 del partido más importante de la legislatura, el Clásico Gobierno-Oposición. El marcador está empatado a «y tú más». De repente, el árbitro (un juez del Tribunal Supremo) se acerca al capitán del equipo azul, Alberto Núñez Feijóo, y le saca una tarjeta roja directa que deja helada a la grada.

Pero no es una tarjeta cualquiera. La sanción, dictada en el marco del ‘Caso Cerdán’, es de las que hacen historia: una fianza de 3 millones de euros para asegurar que no se escaquee, y la retirada inmediata del pasaporte por riesgo de fuga. El terremoto ha sido de tal magnitud que ha agrietado los cimientos de la política española. El líder de la oposición, atado judicialmente al país. Una imagen de una potencia simbólica devastadora.

Y es en este escenario de caos y conmoción donde aparece nuestro protagonista de hoy, el Portavoz del PP, para pronunciar la frase que define una era.


La Cita:

Portavoz del PP: «Esta fianza no es una medida judicial, es un secuestro político orquestado desde la Moncloa.»

La Traducción del Absurdólogo:

«Nos han metido un gol por toda la escuadra en el último minuto, el VAR confirma que es legal y la única salida que nos queda es gritarle al árbitro que está comprado, culpar al césped, a la alineación de los planetas y, ya de paso, declarar que el fútbol es una conspiración comunista.»

El Veneno: Autopsia de un «Secuestro» de Lujo

Seamos claros. Llamar «secuestro» a la imposición de una fianza a Feijóo es una obra de arte. Es una hipérbole tan desmesurada, una patada tan violenta al diccionario, que roza la genialidad. Un secuestro, hasta donde sabíamos, implicaba furgonetas sin matrícula, encapuchados y una petición de rescate en un zulo. Aquí, el «secuestrado» seguirá viviendo en su casa, cobrando su sueldo de líder de la oposición y, probablemente, comiendo bastante mejor que usted y que yo. El único «rescate» a pagar es una fianza a Feijóo de tres millones de euros. Es, sin duda, el secuestro más cómodo de la historia.

Pero no analicemos la palabra, analicemos la estrategia. Esta declaración no es un exabrupto fruto del pánico. Es una bomba de humo. Una maniobra de distracción calculada al milímetro, diseñada para cambiar el foco del debate. Porque cuando la realidad judicial es tan demoledora, cuando la imagen de tu líder sin pasaporte es tan potente, no puedes combatirla con argumentos legales. Tienes que combatirla con ruido. Con furia. Con una narrativa alternativa tan bestia que eclipse la realidad.

La Doctrina del Calamar: Tinta para Ocultar la Fianza a Feijóo

La estrategia del PP, perfeccionada durante años, es la doctrina del calamar: cuando te ves acorralado, sueltas un chorro de tinta tan negro y espeso que nadie pueda ver lo que realmente está pasando.

  • El Hecho: Un juez, tras meses de investigación, considera que hay indicios suficientes para imponer medidas cautelares severas al líder de la oposición por el ‘Caso Cerdán’. La fianza a Feijóo es una de ellas.
  • La Tinta: ¡Esto no es justicia, es una conspiración! ¡Sánchez controla a los jueces! ¡Es un golpe de Estado togado! ¡Quieren ilegalizar a la oposición! ¡Venezuela!

El objetivo es que la conversación pública deje de ser sobre el «porqué» de la fianza a Feijóo y pase a ser sobre la «legitimidad» del juez que la ha impuesto. Ya no se habla de tráfico de influencias. Se habla de lawfare. Ya no se analiza el auto judicial. Se analiza el supuesto complot de la Moncloa. Es una jugada brillante. Conviertes tu defensa en un ataque y transformas al presunto culpable en una víctima heroica que resiste ante la tiranía.

La Gran Paradoja: Mi Juez es Bueno, tu Juez es un Sicario

Y aquí volvemos a nuestra querida «Justicia de Schrödinger». Porque, claro, esta visión de la judicatura como una banda de sicarios a sueldo del Gobierno solo se activa cuando investiga al PP. Cuando esa misma judicatura investiga al entorno del presidente del Gobierno, entonces sí es un faro de independencia y un pilar de la democracia.

Esta esquizofrenia argumental es el pan de cada día de nuestra política. No se busca la verdad, se busca el relato que más te conviene. Y el relato del «secuestro político», por muy delirante que sea, es increíblemente eficaz para tu parroquia. Solidifica a tus bases, alimenta la indignación de tus votantes y les da una explicación simple a un problema complejo. No hay corrupción, hay una conspiración. No hay un problema con la fianza a Feijóo, hay un problema con el sistema que lo juzga.

La tragedia de todo esto es que, de tanto jugar a los secuestros y a las conspiraciones, hemos secuestrado de verdad la credibilidad de nuestro sistema judicial. Hemos arrastrado la toga por el barro del Congreso hasta dejarla irreconocible. Y hemos llegado a un punto en el que ya nadie sabe si una fianza millonaria a un líder político es un acto de justicia valiente o una puñalada trapera en la guerra política.

O, lo que es peor: quizá, en la España de 2025, ya sea las dos cosas a la vez. Y esa, amigos, es la verdadera condena.

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