Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, buenos días. Si acaban de servirse el primer café, les recomiendo que le echen un chorrito de coñac, porque la primera hostia informativa del día viene con la fuerza de un uppercut. La Agencia Tributaria, con una sonrisa de oreja a oreja, ha anunciado la noticia: ¡Hemos batido el récord absoluto de recaudación de impuestos! ¡Somos más ricos que nunca! ¡El Estado se baña en oro!

Para celebrar este éxito colectivo, hemos conseguido en exclusiva la carta que el Ministerio de Hacienda está enviando a todos los contribuyentes. Una misiva llena de cariño, gratitud y un cinismo que podría cortar el titanio.

ASUNTO: ¡Enhorabuena, Pringado! (Y Gracias por el Dinero)

Estimado/a Contribuyente, Súbdito y Cajero Automático con Patas,

Nos dirigimos a usted con el corazón henchido de alegría y los bolsillos llenos a rebosar. ¡Lo hemos vuelto a conseguir! Gracias a su inestimable esfuerzo, a su sudor, a esa nómina que cada mes parece encoger en la lavadora y a ese IVA que paga hasta por respirar, la campaña de la Renta de 2024 ha sido un éxito sin precedentes. ¡Hemos recaudado un 8% más que el año pasado! ¡Bravo! ¡Siéntase orgulloso! Usted es parte fundamental de este milagro.

Sabemos lo que está pensando. Está pensando: «¡Maravilloso! Con toda esta millonada extra, seguro que por fin van a arreglar el tren de Cercanías que me lleva al trabajo cada mañana. O quizá van a contratar más médicos para que no me den cita para el especialista para el año que viene. O, quién sabe, ¡a lo mejor incluso consiguen que la nueva web del SEPE funcione más de cinco minutos seguidos!».

Entendemos su entusiasmo. De verdad que sí. Pero seamos serios.

Somos conscientes de que han circulado ciertos rumores malintencionados, probablemente difundidos por gente ceniza y antipatriota, sobre pequeños contratiempos en servicios básicos. Habladurías sobre trenes que se quedan parados en mitad de la nada, portales de empleo que colapsan el día de su estreno o listas de espera que ya se miden en unidades astronómicas.

Queremos asegurarle, con la mano en el corazón, que su dinero no se está malgastando en solucionar esos problemillas mundanos. ¡Faltaría más! Su generosa contribución está siendo invertida en asuntos de vital importancia para el futuro de la nación. Asuntos como:

La creación de la «Comisión Interministerial para el Estudio de la Puntualidad Ferroviaria en la Península Ibérica». Un organismo vital que se reunirá dos veces al año para emitir informes de 500 páginas (que nadie leerá) sobre por qué los trenes llegan tarde.
El diseño de un logo muy moderno para el nuevo portal del SEPE. El portal seguirá sin funcionar, sí, pero el logo será una preciosidad, un ejemplo de diseño y vanguardia.
El mantenimiento de la excelente salud de nuestra burocracia. ¿Sabe usted la de sellos, formularios y dietas que se pueden pagar con su dinero? Es un ecosistema delicado que debemos proteger.

Como puede ver, su dinero está en buenas manos. En las nuestras, concretamente. Estamos construyendo un Estado más fuerte. Un Estado que, aunque no pueda garantizarle que llegará a su trabajo a tiempo, sí puede garantizarle que su declaración de la renta será procesada con una eficacia implacable. Porque hay prioridades. Y la nuestra es cobrar.

Así que, en resumen, la economía va como un tiro (directo a su cartera) y la recaudación es un síntoma de nuestra «fortaleza». La suya, por supuesto, no tanto. Pero esos son detalles menores.

Gracias de nuevo por su generosa y, sobre todo, obligatoria contribución. No se relaje, que el año que viene queremos superar la marca. Siga trabajando duro. Nosotros seguiremos recaudando aún más duro.

Atentamente,
Su Agencia Tributaria.

PD: El plazo para el pago fraccionado del tercer trimestre finaliza la semana que viene. No se olvide. Le vigilamos. Con cariño.

Recomendación del Absurdólogo: Publicar esta noticia a las 9:00 en «El Café con Hostias» es perfecto. La gente llega a la oficina, se sirve el primer café y necesita una dosis de indignación para activarse. Esta noticia es pura cafeína para el cabreo matutino. El contraste entre la alegría del Gobierno por la recaudación y la miseria de los servicios públicos que el lector sufre cada día genera una conexión instantánea y unas ganas irrefrenables de compartir la bilis.