Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, hoy tenemos una noticia que nos llena de nostalgia y nos invita a un emocionante viaje al pasado. ¿Recuerdan el año 2015? Esa lejana época en la que, con un sueldo mileurista, todavía podías soñar con alquilar un pequeño apartamento para ti solo. Pues bien, el mercado inmobiliario, en su infinita generosidad, nos permite revivir aquellos maravillosos años. ¡Ahora, por el mismo precio que te costaba aquel piso entero en 2015, puedes alquilar… una habitación!
¡Es fantástico! Es la prueba definitiva de que hemos progresado como sociedad. Hemos pasado de la «generación de la hipoteca» a la «generación de la litera». Independizarse ya no es un paso natural en la vida adulta, ahora es un deporte de élite, un lujo al alcance de cirujanos, futbolistas y gente que ha tenido la decencia de heredar en vida.
Pero no seamos negativos. Esta nueva era del «coliving forzoso» tiene unas ventajas maravillosas que nuestros cínicos ojos no alcanzan a ver. A continuación, presentamos una guía con los beneficios de esta nueva y emocionante etapa vital, elaborada por la Asociación de Propietarios con el Corazón (y la Cartera) muy Grande:
1. ¡Nunca más te sentirás solo!
¿Recuerdas la soledad de llegar a tu propio piso? ¡Se acabó! Ahora compartirás tu espacio vital con tres desconocidos con horarios incompatibles y conceptos de la higiene muy diferentes. ¡Conocerás gente nueva cada mes! (Principalmente, porque nadie aguanta más de un mes). Es como un Erasmus, pero con 40 años, canas y la obligación de ir a trabajar al día siguiente.
2. Te convertirás en un maestro del minimalismo.
¿Acumular cosas? ¡Qué vulgaridad del siglo XX! La nueva vida en una habitación de 8 metros cuadrados te enseñará a vivir con lo esencial: una cama, una silla y esa montaña de ropa que usas como segundo armario. Tu espacio en la nevera será una única balda, lo que te convertirá en un experto en Tetris alimentario. ¡Aprenderás a meter un brik de leche, un tupper y un yogur en un espacio que desafía las leyes de la física!
3. Desarrollarás habilidades de negociación de alto nivel.
Olvídate de los másteres en dirección de empresas. La verdadera escuela de negocios es un piso compartido. Aprenderás a negociar tratados internacionales sobre temas tan complejos como el turno de limpieza del baño, el uso de la lavadora en fin de semana o la misteriosa desaparición de tu queso favorito. Son habilidades que te prepararán para ser el próximo secretario general de la ONU.
4. Fomentarás tu vida social (fuera de casa).
Tu «hogar» será un lugar tan agradable como una sala de espera del dentista. Esto te incentivará a pasar el mayor tiempo posible fuera, socializando en parques, bares y bibliotecas. ¡El mercado inmobiliario está, en realidad, luchando contra el sedentarismo! ¡Es un plan de salud pública encubierto!
La realidad, queridos amigos, es que hemos normalizado una situación que es, sencillamente, una barbaridad. Hemos aceptado que tener un espacio propio, un lugar al que llamar hogar, es un privilegio y no un derecho. Hemos permitido que nuestras ciudades se conviertan en parques temáticos para turistas y fondos de inversión, mientras expulsan a la gente que realmente vive y trabaja en ellas.
Y mientras, nuestros políticos siguen con sus debates. Unos proponen limitar los precios (y los propietarios sacan los pisos del mercado). Otros proponen construir más (y los pisos nuevos salen a precios que solo puede pagar un futbolista de primera división). Y mientras ellos discuten, tú sigues compartiendo baño con un tipo que deja los pelos en el jabón y pagando 800 euros por el privilegio de hacerlo.
Así que, la próxima vez que veas un anuncio que diga «Se alquila acogedora habitación exterior con derecho a cocina y wifi por un sueldo entero», no te indignes. Piensa en las ventajas. Estás reviviendo tu juventud. Con menos pelo, más deudas y la misma sensación de que el futuro es algo que les pasa a otros.