Aquí yace la semana del 8 al 14 de septiembre de 2025.
Ilustre finada, laboriosa en su empeño por superarse a sí misma.
Nos enseñó, con la paciencia de un mal maestro, que mientras la Justicia, vestida de arqueóloga, volvía a excavar en los mismos mausoleos de la corrupción de siempre, las eléctricas hipotecaban nuestro futuro con la sonrisa del usurero.
Nos demostró que mientras el Estado, nadando en la mayor recaudación de la historia, nos confesaba que su caja de herramientas para ayudarnos estaba vacía, nuestros políticos, desde el Olimpo de la Moncloa, jugaban a las sillas musicales con el poder, preestrenando sus reformas no ante el pueblo, sino ante la farándula.
Fue la semana en que nos recordaron que éramos los campeones de Europa en dejar a nuestros jóvenes en la cuneta, mientras nos ofrecían avales que nadie podía pedir.
A los ciudadanos, como siempre, nos dejaron la única silla que quedaba libre: la del banquillo de los pringados.
Descanse en paz.
Si le llega el sueldo para ello.