Tráiler de la Película de Terror del Año: «LA FACTURA 2: EL INVIERNO DE NUESTRO DESCONTENTO».

Póster de película de terror sobre la subida de la luz y el gas, satirizando la ineficacia del "escudo social" del Gobierno.

Buenas noches, y bienvenidos a la última sesión de cine de terror de la jornada. Apaguen las luces (si se lo pueden permitir), tápense con una manta (la necesitarán) y prepárense para el tráiler de la película que no querrán ver, pero que protagonizarán en sus propias carnes.

(La pantalla se funde a negro. Suena una música de suspense, con notas de piano discordantes.)

VOZ EN OFF (grave y susurrante): En un mundo… donde el verano se acaba… y las noches se alargan… algo vuelve del frío.

(Plano detalle de un termostato bajando a 15 grados. El vaho sale de la boca de una persona durmiendo.)

VOZ EN OFF: Creías que lo peor ya había pasado. Creías que estabas a salvo. Creías en sus promesas…

(Corte a una imagen de archivo de un político sonriendo y hablando del «escudo social». La imagen se congela y se quema lentamente.)

VOZ EN OFF: Pero te equivocabas.

(Plano de una caldera de gas que intenta encenderse y emite un sonido agónico antes de apagarse. Silencio.)

VOZ EN OFF: Este otoño… algo más poderoso que tus miedos… más voraz que tus pesadillas… regresa para atormentarte.

(Vemos a una familia cenando a la luz de las velas. No es una cena romántica. Es que no hay luz. Sus rostros reflejan un pánico primario.)

VOZ EN OFF: Se alimenta de tu cuenta corriente. Se nutre de tu dignidad. Crece con cada grado que baja la temperatura.

(Plano detalle de un buzón. Una mano tiembla al abrirlo. Dentro, un sobre. La cámara se acerca lentamente al remite: el logo de una compañía eléctrica.)

MUJER (susurrando): No… otra vez no…

VOZ EN OFF: No puedes negociar con él. No puedes razonar. No puedes escapar. Porque ya vive… dentro de tu casa.

*(Corte rápido de imágenes: un contador de la luz girando a una velocidad demencial, un gráfico con una flecha roja que sube un 40%, un político encogiéndose de hombros, una manta cada vez más gruesa.)

HOMBRE (gritando al teléfono): ¡Pero si no hemos encendido nada!

VOZ EN OFF: El Gobierno lo ha admitido. El escudo social… se ha roto.

(Plano de una rueda de prensa. La Ministra de Energía, con la cara desencajada.)

MINISTRA: «…las ayudas actuales son insuficientes…»

VOZ EN OFF: Ya no hay nadie que pueda protegerte.

*(La música sube a un crescendo ensordecedor. La pantalla se pone en negro. Y con letras gigantes y sangrientas, aparece el título.)

LA FACTURA: EL REGRESO

Este Octubre, el Verdadero Terror Llama a tu Puerta.


El Bisturí del Absurdólogo: La Autopsia del Miedo

Lo que acaban de leer no es el guion de una película de James Wan. Es la traducción emocional de la noticia que la Ministra de Energía nos ha regalado este domingo en una entrevista en [El País]. La subida de la luz y el gas en un 20% es un hecho. La confesión de que el «escudo social» es, básicamente, un paraguas de papel en mitad de un huracán, también.

Esto ya no es una crisis, es una rendición. El Estado, tras meses de aplicar tiritas a una hemorragia arterial, nos informa de que se le ha acabado el esparadrapo. El famoso escudo social, ese concepto que sonaba tan robusto y protector, ha resultado ser una pancarta. Bonita para la foto, pero inútil contra los misiles que nos lanzan los mercados energéticos.

La ministra no solo nos anuncia la tormenta, nos confirma que no hay botes salvavidas para todos. Nos dice que las ayudas son «insuficientes». Es la crónica de la muerte anunciada de nuestro poder adquisitivo. Es el Gobierno diciéndote, con la mejor de sus sonrisas: «Prepárate para pasar frío este invierno. Y para pagar por ello más que nunca».

Esta confesión de impotencia es, quizá, más aterradora que la propia subida. Porque nos deja huérfanos. Nos deja solos ante un enemigo invisible y todopoderoso contra el que, nos dicen, ya no pueden luchar. Como ya vimos en [nuestra crónica del secuestro de la factura eléctrica], la rendición es ahora total y explícita.

Así que, mientras se preparan para dormir, tapados hasta las cejas, recuerden el tráiler. La película de terror de este otoño no estará en Netflix ni en los cines. Estará en su buzón. Y lo peor de todo es que, en esta película, el monstruo no es ficción. Y el final, me temo, ya lo conocemos todos.

Buenas noches. Y que la oscuridad les sea leve (y barata).

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