Manual de Supervivencia para el Caos del Transporte Escolar en Extremadura: Guía para Padres Desesperados.

Caricatura del caos del transporte escolar en Extremadura, con niños intentando llegar a clase por medios absurdos.

Buenos y desamparados días, feligreses del absurdo. Si pensaban que el Estado del Bienestar era esa cosa que garantiza, como mínimo, los derechos más básicos de sus ciudadanos, como la educación de sus hijos, siéntense y tómense el café. La primera hostia del día llega desde Extremadura, y es de las que duelen. Una semana después del inicio oficial del curso, miles de niños siguen sin poder ir a clase. ¿El motivo? El transporte escolar en Extremadura ha colapsado. Es un caos. Un monumento a la incompetencia.

La Junta y las empresas de autobuses, enzarzadas en una pelea de patio de colegio sobre quién pone más dinero, han decidido tomar como rehenes a los más vulnerables: los niños de la España rural. Mientras ellos negocian en despachos con aire acondicionado, hay chavales en pueblos perdidos de la mano de Dios que siguen viendo el colegio como un lugar mítico al que, de momento, no pueden llegar.

Ante esta situación, y viendo que la administración se mueve con la agilidad de un perezoso con reuma, desde esta consulta hemos elaborado un servicio público. Les presentamos la «Guía de Supervivencia para Padres Afectados por el Caos del Transporte Escolar en Extremadura».

Manual Práctico para Llevar a tu Hijo al Cole

Opción A: El Método Clásico (Fomento del Autoestop Infantil).
Enseñe a su hijo el noble arte de levantar el pulgar. Es una habilidad que le será muy útil en la vida. Explíquele conceptos básicos de seguridad, como no subirse a furgonetas blancas sin ventanas o desconfiar de conductores que le ofrezcan caramelos. Es una magnífica oportunidad para que su hijo de 8 años desarrolle su instinto de supervivencia y su capacidad para juzgar el carácter humano en una fracción de segundo. La Junta, indirectamente, está forjando a los líderes del mañana.

Opción B: El Método «El Último Superviviente» (Fomento de la Orientación en la Dehesa).
Inscriba a su hijo en un curso intensivo de «orientación y supervivencia». Equípelo con una brújula, un cuchillo de monte (para los lobos) y una cantimplora. El trayecto de 15 kilómetros a través de la dehesa hasta el colegio se convertirá en una emocionante aventura educativa. Aprenderá a seguir el musgo de los árboles, a identificar bayas venenosas y a construir un refugio con ramas. Quizá no aprenda a hacer una raíz cuadrada este año, pero será capaz de sobrevivir a un apocalipsis zombi. El fracaso del transporte escolar en Extremadura es, en realidad, un innovador programa de desarrollo de soft skills.

Opción C: El Método de la Fe (Esperar a que la Junta Solucione Algo).
Esta es la opción más arriesgada y menos realista de todas. Consiste en sentarse, respirar hondo y confiar en que la misma burocracia que ha provocado el problema sea capaz de solucionarlo. Es un acto de fe ciega, similar a esperar que te toque la lotería sin haber comprado un billete. (Nota: esta opción puede provocar ansiedad, úlceras y la pérdida total de la confianza en el género humano. No recomendada por 9 de cada 10 psicólogos).

El Bisturí del Absurdólogo: La Autopsia de un Secuestro

Detrás de esta sátira amarga, se esconde una de las vergüenzas más grandes de un país que se autodenomina «social y democrático de derecho». El Estado que te obliga por ley a escolarizar a tus hijos es el mismo que luego te dice: «Ah, ¿que vives en un pueblo? Pues apáñatelas».

El caos del transporte escolar en Extremadura no es una anécdota. Es el síntoma de una enfermedad crónica.

  • Es el desprecio por la España Vaciada: Esta situación no pasa en el centro de Madrid o Barcelona. Pasa en las zonas rurales, en las comarcas olvidadas, donde los servicios públicos no son un derecho, sino una limosna que depende del humor del político de turno. Es la demostración de que, para el poder, hay ciudadanos de primera y de segunda.
  • Es la incompetencia como política de Estado: ¿De verdad nadie en la Junta de Extremadura vio venir este problema? ¿Nadie fue capaz de sentarse a negociar con las empresas ANTES de que miles de niños se quedaran tirados? Es la misma desidia que ya hemos visto en [el colapso del portal del SEPE]. Una falta de previsión tan flagrante que roza la negligencia criminal.
  • Es la privatización de la responsabilidad: Ante el fracaso del sistema, son los padres los que tienen que organizarse. Los que tienen que perder horas de trabajo, gastar gasolina y hacer malabares para llevar a sus hijos al colegio. El Estado no solo incumple su deber, sino que le pasa la factura de su incompetencia a las familias.

La situación del transporte escolar en Extremadura es mucho más que una noticia sobre autobuses. Es la radiografía de un país que se llena la boca hablando de «igualdad de oportunidades» mientras abandona a sus niños en la cuneta. Y esa, amigos, no es una simple avería. Es una quiebra moral.

Que tengan un buen día. Especialmente los miles de padres extremeños que, ahora mismo, estarán decidiendo si le compran a su hijo una brújula o un chaleco reflectante para hacer autostop.

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