Big Tech y la Burbuja de la IA: Crónica de una Hostia Anunciada con Olor a 1999.

Caricatura de las Big Tech y la burbuja de la IA, mostrando a ejecutivos construyendo una torre inestable, como sátira del riesgo de colapso.

Desde la consulta del Absurdólogo de Guardia, buenos días. ¿Sienten ese olor? No es el café de media mañana. Es un aroma inconfundible, una mezcla de euforia irracional, dinero quemado y el perfume caro de un CEO que ha perdido el juicio. Es el olor de una burbuja a punto de estallar. Y esta vez, la burbuja tiene dos letras: IA.

Según los últimos informes, que ya desgranan medios especializados como [Xataka], la inversión de las Big Tech en la burbuja de la IA ha alcanzado niveles que no se veían desde la legendaria crisis de las puntocom del año 2000. Google, Microsoft, Amazon, Apple… todos están metiendo dinero en la Inteligencia Artificial como si no hubiera un mañana. Y, probablemente, para muchos de ellos, no lo habrá.

Bienvenidos a la fiesta. La música está a todo volumen, el champán corre a raudales y nadie quiere ser el primero en decir que el emperador va en pelotas. Pero nosotros, que somos unos aguafiestas profesionales, vamos a analizar los paralelismos entre aquella gloriosa hostia y la que se está cocinando ahora.

Manual para Identificar una Burbuja Tecnológica (y Prepararse para el Batacazo)

1. La Promesa Mesiánica (El «Cambiará el Mundo»).

  • En el 2000: La promesa era «Internet». Una palabra mágica que iba a democratizar la información, conectar a la humanidad y, sobre todo, hacerte millonario vendiendo calcetines online. Cualquier empresa que pusiera «.com» al final de su nombre valía, automáticamente, mil millones de dólares.
  • Hoy: La promesa es la «IA». La Inteligencia Artificial no es solo un programa, es el nuevo dios. Va a curar el cáncer, como ya nos prometió [el CEO de OpenAI]. Va a solucionar el cambio climático. Y, por supuesto, va a hacerte millonario con una startup que usa IA para recomendarte qué ver en Netflix.

2. La Inversión a Ciegas (El Dinero no Importa).

  • En el 2000: Los inversores metían dinero en cualquier cosa que tuviera una página web, aunque el modelo de negocio fuera «vender aire embotellado por suscripción». No importaban los beneficios, importaba el «potencial».
  • Hoy: Las Big Tech y la burbuja de la IA han llevado esto a otro nivel. Se invierten miles de millones en startups de IA que, a día de hoy, su único producto es un Powerpoint y la promesa de que su algoritmo es «revolucionario». ¿Beneficios? Eso es de viejos. Lo que importa es «adquirir usuarios» y «escalar».

3. La Ausencia de Productos Reales (El Humo como Activo).

  • En el 2000: La burbuja estaba llena de empresas como Pets.com, que gastó una fortuna en publicidad para acabar descubriendo que enviar sacos de pienso por correo no era un negocio rentable.
  • Hoy: Tenemos cientos de aplicaciones de IA que te prometen «optimizar tu vida». Te generan imágenes, te escriben poemas, te resumen textos. Son juguetes fascinantes. Pero, ¿cuántos de ellos solucionan un problema real por el que alguien esté dispuesto a pagar de forma sostenible? La mayoría son soluciones en busca de un problema. Son humo. Humo muy caro y con un buen marketing, pero humo al fin y al cabo.

4. La Coletilla Mágica (el «.com» de nuestro tiempo).

  • En el 2000: Si querías que tu empresa se revalorizara un 1000% en una semana, solo tenías que añadir «.com» a tu nombre. «Fontanería Paco» era una empresa aburrida. «FontaneriaPaco.com» era el futuro.
  • Hoy: La coletilla mágica es «con IA». Tu app de lista de la compra es una tontería. Pero si la llamas «Lista de la Compra Inteligente con IA Predictiva», de repente tienes a tres fondos de inversión llamando a tu puerta.

El Veredicto del Absurdólogo: La Historia no se Repite, Rima

¿Significa esto que la IA es una farsa? No. La IA es una tecnología revolucionaria con un potencial inmenso. Exactamente igual que lo era Internet en 1999. El problema no es la tecnología. El problema es la histeria. La avaricia. La estúpida creencia de que, esta vez sí, hemos encontrado el árbol que da dinero infinito.

Lo que estamos presenciando con la Big Tech y la burbuja de la IA es una borrachera colectiva. Y todos sabemos lo que viene después de una gran borrachera: la resaca. Una resaca monumental que se llevará por delante a cientos de empresas, miles de empleos y los ahorros de muchos inversores incautos.

Sobrevivirán los gigantes, como siempre. Google, Microsoft… saldrán de esta más gordos y con menos competencia. Y, de las cenizas, surgirán algunas empresas que de verdad cambiarán el mundo.

Pero hasta que eso ocurra, preparen las palomitas. Porque la fiesta está en su apogeo. Y la hostia, amigos, promete ser legendaria. Y nosotros, por supuesto, estaremos aquí para contarla.

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